Dos veces miope …
Los capitalinos debemos parecer idiotas para suponer que nos comeríamos el cuento de que la súplica de un colectivo de ciclistas y la firma de una petición en Change.Org logra resultados inmediatos en las decisiones de la alcaldesa.
No nos subestimen, la verdad es que seguimos sin descifrar qué hay detrás del proyecto ‘Ciclovía San Francisco’.
Ciclovía en la que se invertirán 1.8 millones de pesos, para que usted, apreciable ciclista circule en dos sentidos desde la Plaza Xicohténcatl hasta la fuente de los Bergantines, esto es 5 kilómetros en línea recta. ¡Bravo!
Sin embargo, algunas mentes perspicaces nos preguntamos ¿Tan rápida la respuesta de la alcaldía a una petición ciudadana?
No me mal interprete, pero los capitalinos llevamos décadas haciendo ‘chonguitos’ para sacar el transporte público del primer cuadro de la ciudad, bachear colonias completas como la Loma Xicohténcatl y en algunas comunidades como Acuitlapilco por rescatar la Laguna; ya no hablemos del saneamiento al Zahuapan y el sueño de verlo navegable como el paseo Santa Lucía en Monterrey.
El caso es que, a menos de quince días de que un colectivo de ciclistas se manifestara en el zócalo con la exigencia de tener espacios donde pedalear seguros, nuestra munícipe se puso a trabajar, presentó un proyecto y anunció la construcción este mismo año de la ciclovía. ¡Qué eficiencia!
Más allá de cuál sea el colectivo y si Tlaxcala capital necesita una ciclovía o no, pues estamos convencidos los peatones deben ser prioridad en cualquier ciudad que aspire a ser de primer mundo, no es la primera vez que se intenta un proyecto de ese tipo.
Recordemos la idea de la hoy delegada de Bienestar quien siendo alcaldesa implementó algo similar con poco éxito.
Los capitalinos nos hemos vuelto escépticos de las promesas de campaña y las cifras de relumbrón, cada nueva inversión tiene menor utilidad que las anteriores, si no veamos en qué estado están hoy las escalinatas, los semáforos ultra inteligentes y hasta los drones ¿para qué nos han servido?, ya ni hablar de la llegada de un avión que nadie pidió y que pocos conocen a razón de la pandemia.
Perdón que no enloquezca de felicidad, creo que ni el colectivo que pidió la ciclovía saltó de alegría con el anuncio de una.
Ojalá que no sea una obra más para la foto y que impida la muerte de ciclistas, ojalá nos vuelva más prudentes en dos ruedas y menos absurdos a la hora de disimular proyectos tan planeados…
Hasta la próxima…
Naye_Romero89
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