Subordinados
A mal puerto llegará sin temor a equivocarme la insensata decisión de que cualquier persona, animal o cosa, ocupe las vocerías de importantes instituciones.
No lo decimos en vano, para muestra dos botones, el primero, la invisible comunicación al frente de la Universidad Politécnica de Tlaxcala (UPT) hasta hace unos días, a cargo del ‘politólogo’ como se autodefine, Eduardo Fernández.
Y es que, tras adolecer de una estrategia reactiva de comunicación frente a los embates mediáticos contra la institución involucrada en la Estafa Maestra, el también comentarista de Radio Universidad fue relevado en el cargo por otro comunicador, Gerardo Meneses Carriosa.
No piense que Meneses llegará a salvar lo mal parada que quedó la institución tras estar involucrada en la estafa, pues quienes le conocen saben, su proyecto al interior de la UPT tiene que ver con la inmersión de una casita productora como proveedora. ¡Lo verá, lo verá!
Si yo fuera Enrique Padilla, me cuidaba.
Otros que no cachan, pichan, ni dejan batear son los del Congreso del Estado, representados claro, por el ex reportero David Rodríguez Silva.
Resulta que luego de haber sido acusado de no contar con el título, necesario para convertirse en vocero, el subordinado de los Garay percibe algo así como 30 mil pesos de sueldo mensual.
Pero, ¿Cuál es el trabajo del licenciado en Comunicación?, ordenes no da, convenios no celebra, acuerdos no busca, entrevistas no concede, monitoreos no hace, redes sociales no lleva, periodicazos no para, audiencia no genera y mucho menos causa una buena percepción del legislativo del estado.
No es que les deseemos el mal, ya bastante tienen con ser catalogados como la PEOR legislatura que ha tenido Tlaxcala, la más gris, la más corrupta, la más ignorante.
Les deseamos buen año, lo suyo no se rescata ni saliendo en cadena nacional.
Hasta la próxima…
@Naye_Romero89
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