Destruyendo el futuro
Si yo fuera usted alistaba una botana y encendía el televisor para observar la pifia de resultados que dará en Tlaxcala el programa de Jóvenes Construyendo el Futuro.
La intención era muy buena pero una vez más la voracidad de los operadores, el mal control del programa y la corrupción hicieron gala de su presencia.
Si no sabe le platico, el programa de Jóvenes Construyendo el Futuro, tiene como objetivo becar a jóvenes de entre 18 y 29 años con 3 mil 600 pesos mensuales pagables durante un año para CAPACITARLOS en empresas, instituciones públicas y organizaciones sociales a efecto de que obtengan experiencia laboral.
El compromiso de los becarios es cumplir con un horario y desarrollar habilidades en las instituciones tutoras a su cargo para conseguir ser contratados al finalizar el año de capacitación.
Algunas empresas, instituciones y dependencias decidieron acaparar becarios para cumplir con la meta establecida por la Secretaría de Bienestar a nivel local y nacional en 2019.
Ahora, esa misma ambición por tener mano de obra gratuita y la oportunidad de arañar el apoyo será la que la que lleve el programa al fracaso.
Para muestra tenemos al Congreso del Estado donde el entonces secretario parlamentario Melecio Domínguez, registró a poco más de 136 becarios al programa, jóvenes que los primeros meses vagaban al interior del recinto en espera de que les fuera asignada una actividad.
Ya luego, con el paso del tiempo y una revisión de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPyS) los jóvenes tuvieron que ser adscritos con algún diputado y ahí sí, se hizo lo que se pudo, pues algunos legisladores se negaron a tener personal sin experiencia.
¡Ja, ja, como si la suya fuera mucha!
Luego de una primera evidencia de su voracidad, diputados como Mayra Vázquez de Morena y Milton López del PAN exigieron en tribuna que los órganos administrativos del Congreso rindieran informes sobre las actividades asignadas al cúmulo de becarios.
Lo que nadie señaló fue que la propia bancada de Morena renunció en octubre pasado a la tutela de los jóvenes, quedando únicamente 34 colocados en órganos internos del Congreso. ¿Y la lana del resto?
Tras el espectáculo de denunciar el presunto mal uso de los programas federales, donde se ha señalado incluso, que Melecio Domínguez pidió por meses 600 pesos de la beca a cada uno de los jóvenes. ¡Deleznable!
Ahora, ni el legislativo, ni algunas empresas o instituciones que disfrutaron de los servicios de becarios contemplaron que, al fin de su año de sueldos subsidiados los deberán contratar.
Hagamos cuentas delegada de Bienestar, pongamos orden, a dónde va el dinero de los becarios ‘renunciados’ y por qué les pasan lista en cada revisión de la STPyS.
¿Pues no que estábamos en la era de NO ROBAR?
Hasta la próxima…
@Naye_Romero89
nayelir31@gmail.com
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