Dos neuronas
Sobre el boulevard hay un tapete de hojas de jacaranda, ha llovido mucho y estas se adhieren al asfalto como chapopote.
Bajo la acera, un hombre de no más de 24 años, tez oscura y fornido, avanza a la velocidad de su paso una carretilla cargada de cocos y piñas; noto su esfuerzo, va mojado de llovizna y sudor.
La escena ocurre en medio de una pandemia que ni cercanamente me imaginé vivir, como no lo hizo la generación millenial, esos jóvenes acusados de salir de casa de sus padres a los 30, sin pareja estable o familia, -no es que eso sea el éxito-, eso sí, con el IPhone de última generación en el que instagramean sus fiestas de cumpleaños.
Como la que se vivió en Huamantla, Tlaxcala, un municipio donde el número de contagios por Covid-19 es el más alto de la entidad, ahí donde la pobreza es tan cruda; que existen comunidades donde un día se come y el otro no.
Eso sí, la party estuvo creativa, trajes que aíslan el virus, mascarillas N-95, guantes y cubrebocas que no tiene ni el sector salud, el pastel, uno que simula el virus, verde y de fondant.
El festejo entre particulares, todo un éxito, como lo muestra el alto número de likes de la publicación en Facebook, donde los jóvenes mostraron la empatía, seriedad, solidaridad y buen juicio de los festejados, organizadores y asistentes frente a la emergencia sanitaria, solo un estúpido pudo llamarla así, solamente ha cobrado en el mundo 204 mil muertes.
El caso es que la ‘corona-fiesta’ hecha en el pueblo se volvió viral y tendencia nacional.
Ni en los tiempos que hoy vivimos, donde podemos ver animales silvestres paseando en los suburbios, ha escapado a la depredación humana visible en titulares como Coronavirus: Lujo en los Hamptons, Dubai, cuarentena sin renunciar al lujo.
Periodistas le llaman ‘Smugsolation’ al fenómeno de mostrar cuarentenas privilegiadas, aplica para las estrellas y anónimos que en un ánimo de mostrar su confinamiento, exhiben el poco ánimo de solidaridad con ese otro sector que enfrenta la cuarentena en la calle.
‘Pobre cuarentena, no se vaya a poner triste’ sostiene a modo de mofa uno de los involucrados en la fiesta de Huamantla.
La realidad es que, ni la cuarentena, los contagiados y mucho menos los muertos se van a poner tristes.
Dos neuronas se deben tener para suponer que el mundo gira a nuestro alrededor en una sociedad tan enferma.
¡Happy Birthday!
Hasta la próxima…
@Naye_Romero89
nayelir31@gmail.com
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