Un tal Rafael …
Lo que le voy a contar no se lo cuente a nadie, pero a nadie eh.
En San Luis Apizaquito hay un nuevo rico, pero rico no visiones.
Se trata de un tal Rafael N., quien a sus 27 años se convirtió en propietario (al parecer único) de una gasera.
Y como todo rico en pueblo chico su fortuna no quedó en secreto.
Vecinos, testigos de la velocidad de su bonanza juran que hace menos de dos años Rafael llegó a probar suerte a la comunidad donde puso una gasera modesta, misma que año y medio después ya carga hasta 30 pipas diarias de distribución.
No solo eso, el joven tiburón se da el lujo de “competir” con grandes empresas de arraigo en la ciudad de Apizaco y fijar sus propios precios, incluso, sacrificando su margen de utilidad.
Imagínese cuan hábil debe ser ese Rafael como para vender gas más barato que cualquiera y aún con eso crecer exponencialmente en los últimos dos años.
Incluso cuentan, inicialmente, el exitoso empresario cargaba gas en exclusivo centro de distribución entre Calpulalpan e Hidalgo ¡A saber!
Queremos pensar que con la velocidad de gestión con la que servidores públicos realizan trámites al interior del ayuntamiento muchas cosas resultan más sencillas para quien emprende.
Fíjese, donde cualquiera puede obtener licencias de funcionamiento y dictámenes de protección civil para operar gaseras cerca de habitacionales y centros escolares.
No quisiéramos pensar hay algún servidor público que ofrece un kit de licencias con todo y descuento, sería deshonroso.
Bueno, ya se verá…
A colación:
Pasando a otras tragedias, saquen el diccionario y busquen la palabra laicidad.
Ya que la encuentre díganle a la presidenta municipal de Tlaxcala capital que arruinó el concepto, al colocar en una vía pública un monumento de bronce en honor a los Niños Mártires de Tlaxcala, ¿Cuándo se había visto eso?
Sea católico, judío, ateo, cristiano, budista o rastafari, pero no mezcle al estado con la iglesia. ¡Te lo pedimos señor!
Hasta la próxima…
@Naye_Romero89
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