Reforma Judicial sí…pero no como se planteó en la propuesta presidencial
“En México los jueces imparten el derecho, no la justicia; es raro
encontrar a uno que sí quiera conocer la verdad, a pesar de que se
supone que deben saberla” antes de emitir un fallo, afirmó Alexandro Sin
Stamatiades, del bufete de abogados Sobrado, Juárez
& Stamatiades y, principalmente, miembro destacado de los
litigantes que, en muchas ocasiones, padecen las fallas, carencias,
insuficiencias y hasta compromisos o vicios de quienes integran el poder
judicial local y federal.
Con dos maestrías, una en Derechos Corporativo y otra en Económico y,
principalmente, la amarga experiencia de litigar en instancias locales y
federales, Alexandro Sin Stamatiades aceptó lo que todos los mexicanos
sabemos: Que urge reformar al poder judicial,
aunque advirtió que el proyecto de la 4T llevaría la intención de
CONTROLAR a magistrados y jueces, en lugar de verdaderamente depurar el
sistema de justicia.
En entrevista, un conocedor y practicante diario del derecho, pero que,
como muchos millones de profesionales, no fue consultado por Morena, la
4T ni la oposición acerca de la reforma al poder judicial recién avalada
por los partidos en el gobierno, subrayó
que sí era posible mejorar dicho rubro, pero sin objetivos
político-partidistas, ni con la evidente intención de MANEJAR a dichas
instituciones, sino con el objetivo de PROFESIONALIZAR y quitarle sesgos
a la impartición de justicia.
MÉRITOS E INDICADORES DE EFICIENCIA JURÍDICA, LO QUE LA REFORMA NO INCLUYÓ
No es la mejor opción que jueces, ministros y magistrados sean electos
por voto popular, ya que se politiza este proceso, se les expone a
poderes fácticos, como el hecho de que, en sus resolutivos, tengan que
quedar bien con quienes les paguen sus campañas,
lo que echa por tierra su presunta imparcialidad.
Es cierto que dicho poder necesita cambios estructurales, pero no
relativos a su forma de elección, sino enfocados a méritos, pruebas de
confianza, experiencia, trayectoria, indicadores de eficiencia en sus
resolutivos, para que los representantes del Poder
Judicial sean –REALMENTE- los mejor calificados, expuso Sin
Stamatiades.
Actualmente tampoco se sigue un proceso de supervisión y promoción de
jueces mediante su capacidad jurídica o que sus resolutivos sean
apegados a derecho, porque lo que se hace es circularlos, cuando lo que
se debería hacer es evaluarlos con indicadores legales
y profesionales claros.
Politizar, hacer que un juez o ministro sea votado por elección popular
no implica que lleguen a la SCJN, el máximo tribunal del país, los
mejores o más calificados, sino los populares, quienes tengan mayores
recursos para sus campañas u obtengan un fuerte
padrinazgo partidista o de grupo, advirtió el abogado.
APLICAR EL DERECHO NO NECESARIAMENTE ES IMPARTIR JUSTICIA
Los jueves, ministros y magistrados tendrían que ser los más preparados,
actualizados, quienes hayan emitido un mejor porcentaje de dictámenes
que se mantuvieron firmes en las demás instancias, pese a los recursos
de apelación y/o amparo o revisión de las partes
en litigio. Para esto, se necesita experiencia, un mínimo de 30 o 35
años, apuntó Sin Stamatiades.
En lugar de votar por jueves o ministros, lo que sí debería hacerse es
elegir a los fiscales, para que la gente los conozca, vea quiénes son
los que atrapan a más delincuentes, respetan derechos humanos, resuelven
delitos y logran armar investigaciones FIRMES
ante las instancias respectivas, propuso el maestro en Derecho
Económico y Corporativo.
Uno de los principales argumentos del presidente Andrés Manuel López
Obrador y sus seguidores a favor de la Reforma Judicial es el hecho de
que en Estados Unidos se eligen jueces por voto. Pero esto no toma en
cuenta que los derechos mexicano y americano son
muy diferentes, ya que en nuestro país aplican un concepto positivista;
es decir, la aplicación estricta de la ley, pero sin tomar en cuenta la
justicia o las circunstancias de lo ocurrido y, muchas veces, sin
conocer la verdad de los casos.
Además, en Estados Unidos se basan en los antecedentes y toman en cuenta
las circunstancias personales o generales relacionadas con el litigio,
dan a la gente la oportunidad de exponer sus condiciones e, incluso,
elegir bajo qué sistema prefiere que se dirima
el asunto, finalizó Sin Stamatiades.
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