8M…más humanas
Desde anoche las autoridades se preparaban para la conmemoración del Día Internacional de los Derechos de la Mujer, había infinidad de movilización policiaca en el centro de la ciudad de Tlaxcala, se alistaban vallas y barricadas de seguridad para la protección, no sé si de las mujeres que participarán en las marchas del 8 de marzo, de los edificios gubernamentales o del zócalo de la ciudad.
Las felicitaciones, como cada año, no se han hecho esperar. Incluso aquel que se te quedó mirando lascivamente alguna vez o el que sabes que golpea a su esposa hoy se atreve a decir “Feliz día a las mujeres, el invento más bello del mundo”.
Hoy también, como cada año, varias de nosotras recordamos en nuestras redes y con amigos que este es un día para conmemorar los derechos con los que actualmente gozamos las mujeres que hemos sido desde hace mucho tiempo invisibilizadas, discriminadas, vejadas, violentadas y demás, considerándosenos incluso ciudadanos de segunda, sin las mismas capacidades y derechos que los varones.
Hace unos días comencé una pequeña protesta contra la mal llamada sororidad que muchas veces se ejerce únicamente para quedar bien, para aparecer en fotografías, para tirar la sonrisa fingida y para acunar a las mujeres sólo por aparentar. Como en varios aspectos de la vida, lamentablemente en el feminismo y la sororidad también tenemos un doble discurso. Mencioné en varias publicaciones que algunas nos decimos “sororas” del latín “soror”, hermana consanguínea; pero nos vemos en la calle y nos ignoramos. O somos sororas pero nos bloqueamos en redes e incluso aquellas a las que has apoyado, cuando tú requieres ayuda, te dan la espalda. En asuntos tan básicos como los eventos artísticos y literarios, somos tan sororas que si se organiza alguno y no pertenecemos al “grupito” no somos invitadas.
Nos falta crecer, no en el sentido de ser feministas, ni sororas; yo creo que nos falta desarrollar la empatía, nos falta crecer para forjarnos como seres humanos. Aún se necesita mucho, aunque ya en la educación se está buscando reforzar esta parte, pero mientras sigamos con la mentalidad de las “competencias”, el acercarnos al principio de comunidad, no sólo de mujeres sino de humanos, sigue siendo un sueño brumoso.
Como cada año, hubo más preparativos policiacos para contener a mujeres que tienen que guardar silencio, que recogen su frustración todo el año ante las injusticias, la violencia y la invisibilidad que para conmemorar sus derechos, celebrar los logros y los talentos a través de la unión colectivos feministas, escritoras, pintoras, bailarinas, investigadoras e intelectuales.
No puedo decirles feliz día a las mujeres, recordemos que no hay nada que celebrar, sin embargo, les deseo temple, fortaleza, amor, paz y que, aunque hoy incluso aquel patán que las agredió se atreva a enviarles parabienes tengan el coraje de mantenerse firmes, en control y voluntad de sí mismas, de avanzar paso a paso, aunque nos quieran engañar, desesperar, aunque no nos quieran ver, incluso aún si entre nosotras a veces no nos brindemos la mano, porque eso debe cambiar, aunque sea poco a poco. Las invito a seguir siendo mujeres, a crear más comunidad y sobre todo a seguir siendo más humanas.
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