La gobernadora está en problemas
La gobernadora Lorena Cuellar lleva dos semanas duramente vapuleada en el escenario político y mediático, sin nadie que la defienda.
La crisis en el gobierno morenista de Tlaxcala inició el 8 de marzo, con la estrategia fallida para enfrentar las movilizaciones de los colectivos feministas.
La decisión de utilizar un tanque antimotines y lanzar gases lacrimógenos para dispersar a las manifestantes, llenó los espacios de los medios nacionales de comunicación.
La gobernadora de Morena recibió fuertes críticas por reprimir a su propio género, en lugar de apoyar y proteger a las mujeres.
¿Y qué hizo el aparato del gobierno estatal para el control de daños? Nada, se quedó mudo, sin argumentos y sin estrategia.
Después vino el fin de semana violento, con varias ejecuciones en diversos puntos del estado, por sujetos armados, sin ningún detenido.
La creciente inseguridad pública en el estado, en lo que va del sexenio, volvió a reactivar la crisis política y mediática en contra de la administración morenista.
El Congreso Local se convirtió en la caja de resonancia del malestar social. Diputados del PRI, PAN y PRD, principalmente, cuestionaron los nulos resultados en seguridad pública.
El legislador Vicente Morales llamó a sus homólogos a sumar esfuerzos para combatir la inseguridad. Fue en los hechos, el único que sacó la cara por el gobierno morenista.
¿Y que hizo el aparato estatal para el control de daños? Nada, de nuevo se quedó mudo, sin argumentos y sin estrategia.
Otra vez, como ya ha sido costumbre desde que inició el sexenio, quedó en evidencia que las piezas que colocó la gobernadora en áreas clave para la gobernabilidad, no funcionan.
El gobierno de la 4T tiene graves fallas en la secretaria General de Gobierno y en la Coordinación de Comunicación Social.
Los mandos de esas dependencias son los responsables de que la gobernadora de Tlaxcala se encuentre en la picota mediática y política.
En los hechos, Lorena Cuéllar está en problemas, enfrentando sola un mes que le está siendo difícil, el cual aun no termina.
Y se le viene encima otra crisis, por su intromisión en el sindicato 7 de Mayo, para imponer a la hija de su comadre en la dirigencia gremial.
Los burócratas de los poderes del estado ya buscaron el respaldo de tres senadores de la República y una diputada federal.
Y llevarán su inconformidad a los medios nacionales de comunicación, para denunciar los atropellos y de ser posible harán una marcha a la Ciudad de México.
De nueva cuenta. ¿No habrá alguien en el gabiente que le advierta de los riesgos de ingobernabilidad a la mandataria tlaxcalteca?
Tal parece que no.
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