El voto que huele a sorpresa

El voto que huele a sorpresa

No es por intrigar, bueno, tantito sí, pero en Tlaxcala hay un montón de políticos que ya se sienten gobernadores… y ni siquiera saben si van a ser candidatos.

Las encuestas van y vienen, se inflan como globos en redes, y todas curiosamente ponen arriba a quien las presume. Pero en medio de tanta cifra, hay un dato que casi nadie comenta: entre el 23 y 25 % de los tlaxcaltecas aún no ha decidido su voto. Ese mismo porcentaje fue protagonista en las elecciones federales de 2024, cuando Tlaxcala pintó casi todo el mapa de guinda: Morena arrasó con los tres distritos y dejó al resto de los partidos como meros invitados de piedra.

Sin embargo, Movimiento Ciudadano, aunque aquí juntó unos 103 mil votos, jugó otra partida a nivel nacional. Se coló en la conversación digital con una campaña fresca, de colores vibrantes y candidatos que parecían más influencers que políticos. El truco no fue vender propuestas, sino vender vibra. Y la vibra le pegó directo a ese bloque silencioso del que todos hablan pero pocos entienden: los jóvenes indecisos, ese porcentaje que no vive con la bandera de un partido, pero que con un “sí” o un “me gusta” puede dar vuelta a una elección.

¿Qué significa eso? Que por cada cuatro personas, una sigue viendo desde la barrera. No aplaude, no grita, no se compromete. Y mientras tanto, los suspirantes andan en modo “selfie y sonrisita”, tratando de enamorar a un electorado que aún no se deja.

Aunque las urnas de Tlaxcala no se vuelvan a abrir hasta 2027, el terreno ya se está moviendo. Ese porcentaje de voto joven e indeciso sigue ahí, sin bandera fija y con el poder de cambiar el marcador en una sola elección. Los partidos siguen creyendo que conquistar a los jóvenes es mandar a su “candidato joven” de 40 años a dar un discurso en TikTok. piensan que la juventud se gana con spots y promesas recicladas, pero MC sabe que su entrada está en el feed: memes, ritmos pegajosos y campañas que se sienten más como tendencia que como política.

En pasillos y cafés políticos se murmura que los indecisos se ganan “con estructuras”, o con promesas, o con dinero. Pero la verdad es que en Tlaxcala, la gente ya aprendió a decir que sí… para después votar por quien le da confianza, no por quien le grita más fuerte.

Y en el tema de la gubernatura, no hay misterio: todos los partidos aliados de Morena irán juntos, de eso no hay duda. Pero abajo, en las diputaciones locales y en las presidencias municipales, la historia es otra: cada quien por su lado, cuidando su parcela y apostando a su propio corral de votos. Ahí es donde Movimiento Ciudadano podría colarse. No necesitan ganar el pastel entero, solo rebanadas clave.

Y con un 23–25 % de jóvenes indecisos buscando algo que no huela a política de siempre, MC podría meter la mano sin que nadie se dé cuenta… hasta que saquen el primer corte del PREP.

Así que mientras los aspirantes siguen peleando por la punta de las encuestas, tal vez deberían mirar a esa cuarta parte del electorado que aún no se define. Porque ese 25 % puede ser callado, pero no es tonto.

Si ese bloque decide que este año sí quiere hacer ruido, no habrá encuesta previa que lo advierta… pero en la noche del conteo rápido se escucharán varios: “¿y eso de dónde salió?” Será que esa fórmula podría empezar a cuajar? ¿usted qué opina?

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