Un perfil que Tlaxcala necesita

Un perfil que Tlaxcala necesita


SANTIAGO HERNÁNDEZ

 

México transita por una etapa de transformación profunda, marcada por la exigencia de gobiernos cercanos, sensibles y técnicamente competentes. Por supuesto, Tlaxcala no es la excepción. Requiere figuras que destaquen como ejemplo de lo que debe ser un verdadero servidor público: austero en el discurso, eficaz en los hechos y comprometido con la justicia social.


Precisamente, la conmemoración de los 500 años de la Fundación de la Ciudad de Tlaxcala despertó esa reflexión entre quienes miran con orgullo el pasado, pero guardan reservas en torno al futuro, porque el presente plantea desafíos que únicamente se pueden encarar con capacidad y visión de largo plazo.


En ese contexto, en el que la rendición de cuentas y el buen gobierno surgen también como exigencias crecientes de la ciudadanía, es inevitable poner la mirada en quienes, desde lo técnico y lo político, demuestran que es posible transformar las instituciones con eficacia y sensibilidad social. Por ese motivo, la figura del tlaxcalteca Óscar Flores Jiménez, actual Secretario de Finanzas del Estado de México, capta la atención de propios y extraños.


Su reciente comparecencia ante la LXI Legislatura mexiquense, en el marco de la glosa del Segundo Informe de Gobierno, le ganó reflectores, por poner las finanzas públicas al servicio de la gente. Lo platicamos en la pasada entrega de este espacio de opinión: Óscar Flores presentó cifras récord de recaudación, con ingresos históricos, y decisiones estratégicas que han priorizado a quienes más lo necesitan.


Ahí están los resultados: 70 de cada 100 pesos del gasto programable en el Estado de México se destinan al desarrollo social, se contuvo la crisis estructural del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMYM), y los subsidios fiscales que otorga el gobierno estatal representan un alivio tangible para millones de familias mexiquenses. Y esto, junto con otros logros más, se consiguió bajo una lógica de justicia distributiva que encarna el principio rector de la Cuarta Transformación: "Por el bien de todos, primero los pobres".


Son los perfiles que combinan sensibilidad social con capacidad técnica los que urgen en entidades como Tlaxcala que, a pesar de los avances, enfrenta desafíos en desigualdad, crecimiento y gestión pública. De ese tamaño es el reto que plantea la conmemoración que recién vivimos en el estado.


Es preciso que los servidores públicos ya no lleguen a improvisar, sino a transformar con trabajo. No basta con que haya múltiples personajes que aspiren a gobernar; es fundamental revisar trayectorias para anticipar si están dispuestos a servir.

Mucho lastima a la política contaminarse con oportunismo o retórica. Y Morena debe entenderlo bien. La militancia o la popularidad no son garantía de resultados, si hace falta capacidad y visión, pilares fundamentales de los liderazgos que requiere la sociedad tlaxcalteca.