‘Entre el sabor y el servicio’ reseña del restaurante de Honorina en Tlaxcala

‘Entre el sabor y el servicio’ reseña del restaurante de Honorina en Tlaxcala

A menos de una semana de aperturado el servicio del restaurante de la ganadora de Master Chef, Honorina Arroyo Gómez, el inmejorable espacio ubicado en el corazón de Tlaxcala, aún da visos de cocina económica.

El sitio, localizado en lo que fuera uno de los salones de la antigua casa de gobierno, tiene el diseño, la luz y los colores típicos de un lugar de cocina tradicional, concepto que busca ‘El gran sabor de Tlaxcala’ como le denominó su propietaria con apoyo del gobierno del Estado.

Para comer ahí se requieren dos cosas, tiempo y reservación, aunque al llegar las reservaciones no sean validadas por nadie pues el restaurante carece de hostess y valet parking, elementales para ubicar estacionamiento y llegar a una mesa presentada para degustar desayunos y comidas, el horario de atención es de 9:00 a 6:00 de la tarde.

Diez minutos de caos para recibir una mesa reservada con antelación, otros cinco para poder observar la carta que ya desde el inicio deja un poco que desear, errores de ortografía en la presentación de una master de cocina.

El servicio, si bien no es pésimo pues le rescata la anfitrionía de la cocinera en cuestión, deberá mejorarse, únicamente dos meseros atienden el lugar.

‘El gran sabor de Tlaxcala’ no se quebró la cabeza al organizar sus platillos en carta, sopa de habas, campesina y azteca, caldo de trucha, adobo, arrachera con nopales y el mole ganador son parte de lo que los comensales podrán encontrar en el menú.

Sin ser exquisitos, los precios coinciden con el estándar de un mercado local, nada exagerado, entradas desde 45.00 pesos, sopas desde 55.00 y platos fuertes que no superan los 180.00 pesos.

En el ambiente se aprecia el caos, comensales con el plato en las piernas, meseros preguntando por algún propietario de vehículos estacionados, auxiliares de cocina desorganizadas sacando comandas pendientes, comensales levantándose por tortillas, agua o cubiertos. Como en una casa.

Pese al desorden, la presentación de los alimentos en loza de barro da un toque de autenticidad al lugar, los sabores son buenos, pero sin caer en lo exquisito, bien por su básica selección de salsas al molcajete, el sólo contar con tres sopas en carta hace que algunos alimentos estén precocinados, no tardarán en llegar a su mesa.

No espere postre, pues los insumos de su primer fin de semana se agotaron y en la carta no existe el café, ni de olla ni en máquina.

Para ser un restaurante con promoción y la venia del gobierno del estado, un crítico de cocina lo destrozará comparado con algo similar en el estado de Puebla.

Entre lo rescatable, la ganadora de Master Chef está presente en todo momento dando un poco de atención a las mesas, tomándose foto con sus fans, ambiente 100% familiar, lo visitan Tlaxcaltecas.

Lleve efectivo, no aceptan pago con tarjeta y si quiere cerveza pase a un Oxxo, por ahora, en el restaurante de Honorina no hay. 

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