En el marco de la sucesión a la gubernatura en 2027, diversos temas comienzan a marcar la agenda mediática provocando crisis que deben poner a la mandataria Lorena Cuéllar en alerta.

Una de esas crisis es la inseguridad.

Para nadie es noticia que la inseguridad que azota la entidad es consecuencia de los abrazos, no balazos impulsados desde la presidencia y que la Presidenta Sheinbaum poco a poco se ha dado cuenta del terrible error que provocó el tabasqueño con esa política.

Las consecuencias están a la vista.

Embolsados, balaceados, levantados, agresiones, ataques y cuanta nota roja nos han dado, es consecuencia del cáncer que se incubó en el obradorato y que hoy tiene consecuencias en la vida cotidiana de cualquier ciudad del país y Tlaxcala no es la excepción.

El titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana definitivamente está rebasado, no por incompetente, sino porque en los cuarteles de seguridad no pueden desobedecer la orden de darle abrazos a los criminales.

En materia de salud, Tlaxcala fue nota nacional gracias a la lengua de la diputada Blanca Águila ex priista y ahora perredista a medias, al exhibir que el IMSS – Bienestar es un fracaso, lo que ocasionó que en medios nacionales como con Azucena Uresti, se le diera vuelo a la nota de la crisis que provocó el fallido sistema de salud tipo Dinamarca.

El responsable directo es Alejandro Svarch y su delegado Gabriel Gutiérrez Morales quienes también se encuentran rebasados ante el desastre que provocó el tabasqueño con su magnífica idea de que los hospitales de los gobiernos morenistas pasaran a manos de mafiosos de la 4T. Los resultados están a la vista.

Por último, la crisis generada por el retraso del pago de los burócratas responsabilidad de la Secretaría de Finanzas vino a poner una raya más al tigre cuatrotero.

Las entidades administrativas de las dependencias deben ponerse las pilas si no quieren afectar el proyecto político de la mandataria.

Vaya 2025 y apenas van 22 días.