Inauguran Pabellón dedicado a la “Reina Roja” de Palenque
El Gobierno de México, a través de la Secretaría de Cultura y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), inauguró este domingo el Pabellón Reina Roja, el cual a partir de ahora forma parte del discurso museográfico del Museo de Sitio "Alberto Ruz L'huiller”, adyacente a la Zona Arqueológica de Palenque.
Durante el acto, que fue encabezado por
el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, la secretaria de Cultura,
Alejandra Frausto Guerrero, señaló que la “Reina Roja” podrá ser visitada y
admirada en su tierra natal. “Venimos a abrir de nuevo la casa de la ‘Reina
Roja’, Ixik Tz’aka’ab Ajaw, la reina que será símbolo ancestral de la mujer
contemporánea como lo fue en su momento de la cultura maya”.
Explicó que descubrimientos
arqueológicos han demostrado la importancia de las mujeres en las culturas prehispánicas,
puso por ejemplo la Zona Arqueológica de Xochitécatl, en Tlaxcala, dedicada a
las mujeres y que se encuentra alineada con los volcanes La Malinche e
Iztaccíhuatl; el monolito prehispánico de una mujer joven recién descubierto en
la Huasteca veracruzana, a principios de este año; así como la misma Coatlicue.
“La ‘Reina Roja’ será inspiración y
símbolo para las niñas, jóvenes y mujeres mayas de hoy, pero también para las
ayuujk, nahuas, chichimecas, hñähñu, zapotecas, yaquis, paipai, totonacas,
amuzgas y afromexicanas; para las poetas, las artesanas, las pintoras, las
maestras y campesinas, para las mujeres de México, soberanas”.
Aprovechó para agradecer a las y los
trabajadores del INAH que hicieron realidad esta exposición, la cual podrá ser
visitada como parte del mayor corredor cultural que se haya creado, que es el
Tren Maya, “un proyecto de futuro para el antes olvidado sur – sureste. La
‘Reina Roja’ está en su casa, que quede aquí, que la conozcan, que sepan de su
cultura a través de ella”.
Por su parte, el gobernador del estado
de Chiapas, Rutilio Escandón Cadenas, recordó que, en 1994, “siete años después
de que Palenque fue reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad,
se descubrió, por arqueólogos chiapanecos, la presencia de la ‘Reina Roja’, que
nos demuestra también el papel que jugaban las mujeres en la gran civilización
maya”.
El director general del INAH, Diego
Prieto Hernández, explicó que el descubrimiento de la tumba de señora Ixik
Tz’aka’ab Ajaw se dio en 1994; su sarcófago de piedra estaba acompañado de
ofrendas y un ajuar acorde a su rango. Se determinó que se trataba de un
entierro femenino, con recubrimiento en cinabrio de color rojo intenso, por
ello, se le conoció como “Reina Roja”; ahora se sabe que su nombre es Ixik
Tz’aka’ab Ajaw, a quien las evidencias señalan como consorte de Pakal ‘el
Grande’, el gobernante más importante de la ciudad entre los años 615 y 683
d.C.
Según fuentes epigráficas, agregó, “la
señora Ixik Tz’aka’ab Ajaw falleció el 13 de noviembre de 672 d.C. y sus restos
fueron depositados en la subestructura conocida como Templo XIII, junto al
Templo de las Inscripciones, donde 11 años después de la muerte de la señora,
sería inhumado Pakal ‘el Grande’, el 28 de agosto de 683 d.C., cuya tumba fue
encontrada por Alberto Ruz L'huiller en 1952, en uno de los hallazgos más
importantes de la arqueología mundial”.
Entre otros datos, dijo que la reina fue
sepultada con un tocado; probablemente lucía el peinado que era de uso común en
la nobleza. El tocado está conformado por 103 teselas hechas principalmente de
un mineral conocido como onfacita, 11 de concha y 37 de caliza, finamente
talladas, las cuales en su conjunto componen una representación del llamado
“dios narigudo”, probablemente, Chaac.
Debajo del tocado se halló una diadema
doble constituida por pequeños discos, un collar y dos orejeras; debajo del
tocado y la diadema, colocada parcialmente sobre el rostro, se encontraba la
pieza principal del ajuar de la reina: la máscara, que consta de 116 piezas, de
las cuales 110 son teselas de malaquita, dos de obsidiana y cuatro de jadeíta
blanca, en ella destaca la naturalidad de los rasgos faciales. Sobre el tórax
se encontraba una prenda distintiva de la realeza maya: el k´ub,
una capa tejida que el cubría el pecho y los hombros; en este caso, decorado
con más de 170 pequeños discos de jadeíta, onfacita y albita, rematando en la
parte central inferior por un pequeño rosetón, complementado con una pequeña
cabeza de mono.
Gobernante de las generaciones
Durante la ceremonia, los funcionarios lamentaron la
sensible partida de uno de los más brillantes epigrafistas mexicanos, Guillermo
Bernal Romero (1960–2021), investigador del Centro de Estudios Mayas (CEM), del
Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM), y colaborador del Proyecto Arqueológico Palenque del INAH, quien
fuera director del Museo de Sitio "Alberto Ruz L'huiller”, de 1998 a 2005.
Bernal Romero se especializó en la
lectura, desciframiento e interpretación de las inscripciones jeroglíficas del
área maya, en particular las de la región de Palenque, Chiapas, dejando
importantes aportaciones para el conocimiento de la historia dinástica. Su más
reciente estudio sobre el nombre de la antigua señora palencana, conocida como
la ‘Reina Roja’, se incluyó en la nueva museografía del Museo de Sitio, en el
cual el INAH trabaja en una renovación técnica y de contenidos.
De acuerdo con una nueva transcripción
de los textos glíficos, a cargo del epigrafista Guillermo Bernal, ahora se
plantea que el nombre de quien fuera consorte de Pakal ‘el Grande’ no era Ixik
Tz’akbu Ajaw, “Señora Gobernante de las Sucesiones”, sino Ixik Tz’aka’ab Ajaw,
“Señora Gobernante de las Generaciones”.
Esta relectura es, en realidad, un
perfeccionamiento del nombre anterior, ya que no hay una diferencia diametral
entre las voces “sucesión” y “generación”, sin embargo, para el académico, la
raíz tz’aka’ab (sucesión u ordenación generacional) realza la
asociación divina que tuvo el personaje, al tiempo que es un término que
también tiene el sentido de “cosa eterna o imperecedera”, concepto afín con la
idea de “continuidad generacional”.
Lo anterior, precisó el especialista en
su última entrevista concedida al INAH, con motivo de la preparación de la
nueva museografía y que ahora se comparte para recordarlo, se explica por la
asociación de Tz’aka’ab con una de las mayores deidades míticas de todo el
señorío: Bolon Tz’aka’ab Ajaw.
“El ‘Gobernante de las Eternas o de las
Innumerables Generaciones’, entendidas estas como dinastías, fue una deidad
patrona de la familia gobernante de Palenque, así como de toda la colectividad
del señorío”.
A esa figura se le concibió como un
gobernante primigenio y paradigmático, ligado con la fundación mítica o
legendaria de los jerarcas, y como un rector sobrenatural de las sucesiones o
relevos del poder a través de las eras.
Ello indica que, a pesar de que Ixik
Tz’aka’ab Ajaw no era oriunda de Lakamha' sino de Oox Te’ K’uh, una provincia
sujeta al poderío de Palenque, se le asignó ese nombre tras contraer matrimonio
con K’inich Janaab Pakal, el 19 de marzo del año 626 d.C.
“Pakal —señaló Bernal Romero— fue un
personaje muy sacralizado, pero también su esposa. La tumba de ella es tan
compleja como la de aquel; sabemos que fue sacralizada al morir por la propia
composición de su ajuar, cuyo tocado contiene una advocación al dios Chaak”.
Incluso, antes de su fallecimiento en
672 d.C. —once años antes que su longevo esposo—, debió dársele un tratamiento
de divinidad a Ixik Tz’aka’ab Ajaw, “ya que dio a luz a los hijos y sucesores
de Pakal: K’inich Kan Bahlam, entronizado en 684 d.C., y K’inich K’an Joy
Kitam, quien accedió al poder en el año 702”.
Sobre las fuentes glíficas o textuales
en las que se recogen referencias del glifo tz’aka’ab, el
especialista citó la escultura conocida como el “Tablero” del Palacio de
Palenque; y diversos chilames de pueblos peninsulares o
documentos que registran la voz, como la propia Relación de las cosas
de Yucatán, del evangelizador español Diego de Landa quien, todavía en el
siglo XVI, hablaba de la presencia del demonio Bolon Tz’aka’ab en los ritos de
los mayas de esa época, tal como ha indagado el epigrafista Octavio Esparza
Olguín, también adscrito al CEM de la UNAM.
“Existe un respaldo de tipo
etnohistórico y lingüístico que apunta más a esta versión del nombre”, destacó
Guillermo Bernal al hablar de que cómo esta nueva propuesta busca promover un
mejor entendimiento de un personaje cuya historia se ha escrito a lo largo de
intensas décadas de debate académico.
En este sentido, evocó que cuando se
descubrieron los restos óseos de Ixik Tz’aka’ab Ajaw, en 1994, para los
expertos no estaba claro si pertenecían a la consorte, la madre o la abuela de
Pakal, siendo finalmente los estudios de ADN, practicados por la académica de
la Universidad Autónoma de Yucatán, Vera Tiesler, los que evidenciaron que los
huesos de Pakal y de la ‘Reina Roja’ no compartían rasgos de consanguinidad, de
allí que, junto a evidencias cerámicas contemporáneas a la vida del jerarca
palencano y ubicadas en la tumba de la reina, se aclararon esas dudas.
En aquella entrevista, el investigador
finalizó al encomiar el esfuerzo del INAH para renovar la museografía e
incorporar información novedosa, de la mano de expertos como el
arqueólogo Arnoldo González Cruz,
quien hace 26 años —junto con su colega Fanny López Jiménez— descubrió el
sarcófago de la ‘Reina Roja’, o de él
mismo como epigrafista, a fin de mejorar la experiencia del público en este
espacio de divulgación.
De vuelta a la selva de Lakamha', nombre
con el que se conocía Palenque en la época prehispánica, el ajuar de la ‘Reina
Roja’ está listo para su apertura a la visita pública en el Museo de Sitio
"Alberto Ruz L'huiller".
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