‘Territorio, no escritorio: La clave política rumbo a 2027’
En
el complejo ajedrez político que nos conduce al proceso electoral de 2027, la
presencia en territorio se ha convertido en un factor decisivo, no solo como
estrategia de campaña, sino como reflejo del compromiso real con la ciudadanía.
En tiempos donde la desafección política crece y el descrédito hacia las
instituciones se profundiza, los liderazgos que se atreven a pisar tierra, a
mirar a los ojos a la gente y a escuchar directamente sus demandas, son los que
siembran confianza genuina.
Estar
cerca no es un acto simbólico, es una acción política con consecuencias
tangibles: entender la realidad sin filtros, romper burbujas burocráticas y
tejer alianzas comunitarias. La cercanía deja de ser una táctica electoral y se
convierte en un acto de responsabilidad democrática.
En
este terreno, Morena lleva una ventaja clara frente al resto de los partidos, y
gran parte de esa superioridad se explica por su trabajo permanente en
territorio. No se trata solo de estructuras, sino de una narrativa construida
desde el contacto directo con las comunidades.
En ese sentido, destaca la insistencia de
Marcela González, presidenta del comité ejecutivo estatal de Morena, en
mantener y fortalecer estas acciones. Su enfoque ha sido contundente: si se
quiere ganar en 2027, hay que caminar, escuchar y estar. Su liderazgo ha
reforzado la noción de que la política se construye desde abajo, no desde
escritorios cerrados.
La
política que se queda en oficinas desconectadas ya no convence. En un país que
exige empatía, soluciones reales y compromiso sostenido, solo quienes estén
dispuestos a ensuciarse los zapatos en el terreno podrán aspirar a representar
con legitimidad. Rumbo a 2027, el territorio no es una opción, es la diferencia
entre prometer y realmente gobernar.
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