La paz comienza en el hogar: Fortaleciendo a las familias tlaxcaltecas desde la raíz

La paz comienza en el hogar: Fortaleciendo a las familias tlaxcaltecas desde la raíz

 

Pensar, decir y hacer. Responsabilidad de la 4T

La paz verdadera no se impone desde arriba ni se decreta por ley. La paz auténtica nace en lo más profundo del tejido social: en el calor del hogar, en la unidad de la familia y en los valores que se enseñan desde la cuna. En Tlaxcala, estado con una profunda tradición comunitaria, la familia es el núcleo donde puede germinar una nueva era de armonía social.

Para la Cuarta Transformación, la paz no es simplemente la ausencia de violencia, sino la presencia activa de justicia, bienestar y fraternidad. Por eso, fortalecer a las familias no es una tarea menor: es una prioridad de Estado. Porque cuando el hogar se desmorona, la sociedad entera tiembla. Pero cuando se sostiene con valores, amor y oportunidades, se convierte en el escudo más poderoso contra la desigualdad, la violencia y la desesperanza.

Durante muchos años, el modelo neoliberal abandonó a las familias mexicanas, imponiendo jornadas extenuantes, salarios indignos y políticas que rompieron la vida comunitaria. Hoy, bajo el liderazgo de la Dra. Claudia Sheinbaum, México avanza hacia una visión humanista donde el bienestar familiar está en el centro de todas las decisiones. Los programas sociales, como la pensión para adultos mayores, las becas a estudiantes y el apoyo a madres trabajadoras, son pilares de una política que reconoce que el hogar es la primera trinchera de paz.

En Tlaxcala, necesitamos redoblar esfuerzos. Las cifras de violencia intrafamiliar, las adicciones en jóvenes y la deserción escolar no son solo estadísticas: son alarmas que nos llaman a actuar. Reforzar la convivencia escolar, abrir espacios comunitarios, capacitar en salud emocional y promover la cultura del diálogo son acciones concretas que debemos impulsar desde el Congreso local. La paz se cultiva con presupuesto, con políticas públicas, con decisión política.

Benito Juárez decía: “Los hombres no son nada, los principios lo son todo”. Y el principio fundamental de la Cuarta Transformación es simple pero profundo: poner a las personas en el centro, y entre ellas, a las familias primero. Si sembramos dignidad en el hogar, cosecharemos paz en las calles.

Porque un pueblo con hogares fuertes es un pueblo invencible. Y en Tlaxcala, la paz no será un sueño lejano: será una realidad cotidiana que se construya desde cada casa, cada comunidad y cada corazón.

¡Por la paz en nuestros hogares y la justicia en todo Tlaxcala!

¡Que viva la familia! ¡Que viva la Cuarta Transformación!

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