Las grandes voces femeninas

Las grandes voces femeninas

Buenos días. Podría haber sido una prostituta o incluso haber sido asesinada en una pelea callejera. Édith Giovanna Gassion, más tarde conocida mundialmente como Edith Piaf, nació (en diciembre de 1915) y se crió lejos del lujo que disfrutó en sus días de fama. La leyenda dice que nació en las calles de París, en la calle Belleville (Rue de Belleville), mientras que algunas otras fuentes y su certificado de nacimiento citan que nació en el Hôpital Tenon.

Hija de un acróbata de la calle y una administradora de un burdel, Edith tuvo una infancia dura y complicada. Durante sus primeros años fue criada por su abuela y años más tarde se fue a vivir en el burdel que su madre administraba, y a menudo quedaba bajo el cuidado de las prostitutas.

Después de salir del burdel para reunirse con su padre en el mundo de los acróbatas callejeros, Edith Piaf comenzó a pavimentar su propio camino a la fama. También dejó a su padre y comenzó a realizar sus propios actos, cantando en las calles de Pigalle, Ménilmontant, y en los suburbios de París. Poco después, siempre siguiendo una vida traviesa y relacionándose con personajes del bajo mundo,  fue descubierta por un propietario de un club nocturno que le ofreció cantar en su escenario algunas noches.

En aquellos años, a mediados de la década de los treintas,, Edith Giovanna Gassion comenzó a ser llamada Piaf, «pequeño gorrión» en francés. Sin embargo, su creciente fama en París se vio opacada por el asesinato de su benefactor en 1936. Al principio, ella era la principal sospechosa, pero más tarde se descubrió que el dueño del club fue asesinado por una pandilla, de conocidos de Piaf durante sus días en las calles parisinas. El evento llamó la atención para mal de los medios, pero ella logró superar el problema. Para cambiar su imagen, cambió su nombre artístico a Edith Piaf y comenzó forjando amistades con personas prominentes, entre ellos el poeta Jacques Borgeat.

En la época de la Segunda Guerra Mundial, Edith Piaf ya era la cantante más importante en Francia y solía presentarse ante las tropas de la Francia ocupada, a menudo acusada de traición por sus compatriotas. Sin embargo, algunas fuentes y biografías aseguran que trabajaba como un infiltrada de la resistencia francesa.

Cuando la guerra terminó, se hizo famosa en todo el mundo y viajó a través de Europa, los EE.UU. e incluso América del Sur. En la década de 1950 se hizo incluso más popular tras sus apariciones en programas de televisión como El show de Ed Sullivan, donde actuó en ocho ocasiones y tuvo un impacto nunca antes visto en el público estadounidense.

En los años venideros, Edith Piaf realizó conciertos en toda Europa, destacándose los del París en el Olympia Music Hall, donde Piaf logró fama vitalicia dando varios conciertos, cantando allí hasta 1962.

Piaf murió el 10 de octubre de 1963,  47 años después de luchar contra el cáncer de hígado. De acuerdo a la leyenda y diferentes biografías, se mantuvo fiel a su estilo de vida cruda y real hasta su muerte, y sus últimas palabras fueron: "Todo lo tonto que hagas en esta vida, que se paga."

El incomparable gorrión de París cumplió ya 53 años de no alegrarnos con su canto.

https://youtu.be/chf1hqzpOYI

 

 

 

Karen Carpenter era flaca como un palo. Ingería cantidades industriales de laxantes, hasta 90 píldoras diarias.

 

La fama y el dinero llegaron juntos; vendió casi 100 millones de discos y colocó 20 éxitos en los años 70 del siglo pasado, pero la prensa la trataba de “gordita”, “rellenita”, “pasada de peso”.

 

Su autoestima cayó por el piso; ahí la encontró su madre la mañana del 4 de febrero de 1983. Karen Carpenter, baterista y cantante del dueto The Carpenters, pesaba apenas 85 libras y era un costal de huesos.

Murió a los 32 años, víctima de una enfermedad que en esos años era desconocida: la anorexia nerviosa. Ese día tenía cita para firmar el acta de divorcio que la separaría de Tom Burris, un buscavidas que la engatuzó para sacarle dinero y pagar sus deudas. Burris disfrutaba diciéndole: “se te notan todos los huesos”

Aunque la noticia causó estupor, todos la veían venir, porque Karen cada día estaba más escuálida y tomaba dosis industriales de jarabe de ipecacuana, una planta utilizada para inducir el vómito.

 

Aquella mañana Karen estaba en la segunda planta de la casa de sus padres, en Downey –California–. De pronto, un golpe seco contra el piso alertó a su madre Agnes, quien subió a trompicones la escalera y la encontró tirada en el suelo, fulminada por un paro cardíaco.

 

El padre, Harold, el ama de llaves y Richard intentaron, en vano, revivirla. Los paramédicos se la llevaron al Downey Community Hospital y 20 minutos después, la declararon muerta.

 

Una madre controladora; un padre desinteresado y un hermano egocentrista hicieron de su vida una pesadilla

Los padres de la cantante rechazaron el informe forense; alegaron que en el apartamento de Karen no había rastros ni frascos vacíos de ipecacuana. Richard aseguró que su hermana nunca consumió ninguna sustancia que pudiera dañar sus cuerdas vocales, y que solo tomaba laxantes “para regular el peso.”

 

El juguete preferido de Karen era la batería, tanto que para eximirse de sus clases de geometría y gimnasia aprendió a tocarla en la banda del Downey High School. Pero fue su voz angelical lo que la proyectó a la galaxia musical.

 

Karen nació en New Haven, Connecticut, el 2 de marzo de 1950, en el hogar de Agnes y Harold Carpenter, metodistas que ya tenían a Richard, un niño de tres años. En su corta vida Karen solo deseaba tener la aprobación de su estricta madre y de su exigente hermano. Harold era poco afectuoso con los niños pero compartía con ellos su pasión por la música; los tres disfrutaban en el sótano casero, tirados en una hamaca de la amplia colección de discos del padre; desde ritmos populares hasta obras clásicas.

 

Terminó si vida con desmayos frecuentes; dormía demasiado; carecía de fuerzas hasta para cantar y se fue desapareciendo…literalmente, hasta que mató de inanición a su cuerpo. La anorexia nerviosa convirtió la vida de Karen en días de lluvia y lunes horribles.

 

https://youtu.be/wB0bhtZ4NR8

 

 

 

Nacida como Haydé Mercedes Sosa; en San Miguel de Tucumán, Argentina, 1935 una de las máximas figuras de la música folclórica y testimonial de América Latina en el siglo XX.

 

De humilde origen obrero, su familia descendía de indígenas diaguitas. Empezó a cantar profesionalmente temas populares argentinos cuando aún era una adolescente, pero su primer disco, La voz de la zafra, no apareció hasta 1962. Esta obra se considera precedente inmediato del movimiento del Nuevo Cancionero, iniciado en Argentina pero pronto expandido a todo el ámbito de América Latina, que pretendía rescatar los valores estéticos de la música folclórica y popular del continente.

 

Militó en el Partido Comunista de Argentina desde 1960 y a partir de 1965, tras una célebre actuación en el Festival Folclórico de Cosquín (Argentina), sumó la reivindicación política a su proyecto artístico para convertirse, junto con los también argentinos Jorge Cafrune y Atahualpa Yupanki, en uno de los símbolos vivos de la lucha contra las injusticias sociales y la discriminación del elemento indígena americano.

 

A esta nueva orientación correspondieron discos como Yo no canto por cantar (1966), El grito de la tierra (1970), Cantata Sudamericana (1971), Hasta la victoria (1972) y Traigo un pueblo en mi voz (1973). Un compromiso político que le valió la prohibición de sus discos durante los años de la dictadura militar argentina (1976-1983). Entre 1979 y 1982 vivió exiliada en Europa, primero en París y luego en Madrid.

 

A partir de la década de 1980 su sonido se enriqueció con aportaciones del tango, el jazz y el rock. Discos significativos de ese nuevo período fueron Mercedes Sosa en Argentina (grabación en directo registrada en el Teatro Ópera de Buenos Aires en 1982, tras su regreso al país), Como un pájaro libre (1983), ¿Sería posible el Sur? (1984), De mí (1991), Alta fidelidad (1997) y Misa criolla (1999). Su último trabajo fue Cantora: un viaje íntimo (2009), en el que interpretaba 34 canciones a dúo con otros tantos artistas latinoamericanos.

 

Mercedes Sosa nunca abandonó la denuncia política, a la que sumó en sus últimos años la lucha por la conservación del medio ambiente. Su defensa de la hermandad de los pueblos latinoamericanos le valió el sobrenombre de "La Voz de América". Entre los muchos premios recibidos por la artista figuraron el Gardel y el Grammy Latino. En 2008 fue nombrada Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO.

Murió el 4 de octubre de2009.

 

https://youtu.be/Gvyl_zdji2k

Los espero la próxima entrega.