El hubiera no existe

El hubiera no existe

 

 

 

“El mundo no está en peligro por las malas personas sino

por aquellos que se cruzan de brazos frente a la maldad”

 

(Albert Einstein)


 

Estimado lector, México nos necesita, y toca a nuestro corazón, nos exige dar lo máximo, lo mejor de cada uno, desde nuestro hogar, trinchera, trabajo, colonia, comunidad, municipio y estado, este 2 de junio regalemos a nuestro México, y a nosotros mismos un resultado electoral satisfactorio que nos llene de orgullo, armonía y claridad, hoy la unidad, y la reconciliación contigo mismo, con tú familia, el vecino, amigo, compañero de trabajo, el barrendero, campesino, obrero, granjero, tablajero, lavacoches, comerciante, fabricante, empresario, estudiante, etcétera, debe ser prioridad; no nos detengamos en el ayer, en un pasado doloroso que nos machacan, utilizándolo como estrategia para volvernos de piedra, pero lo importante, estamos vivos, esperanzados en un mañana del que saldremos bien librados, sanos y victoriosos, porque cada modificación natural o forzada de nuestra composición y dimensión humana individual es aprendizaje de oro puro, que si lo conjuntamos con el resto de nuestros iguales nos eleva a la energía más pura y constructiva.

Las crisis que nos llevan a tocar fondo, es el preámbulo de que lo mejor está por acontecer, pero esto sólo será una realidad, si es que estamos listos para obtener el resultado deseado, sólo si no caemos en el victimismo, negativismo e indiferencia, decidiremos con nuestro voto libre, y secreto, vivir y convivir con la verdad o la mentira, independencia o sumisión, libertad o esclavitud, sin apremio o con apremio, suavidad o irritabilidad, desarrollo o estancamiento, sabiduría u oscuridad, conocimiento o ignorancia, realidad o ilusión, honor o deshonor, beneficio o agravio, buen gobierno o desgobierno, en paz o en guerra.

Así las cosas, respetado lector, este 2 de junio, unidos salgamos valientemente a buena hora a votar, invite a su familia, amigos, vecinos, y conocidos, por lo que, una vez cumplido nuestro deber ciudadano, estemos contentos por haber puesto el granito de arena al ser parte del cambio, recordando que ésta acción ciudadana es un derecho, y una responsabilidad en la construcción de una democracia fortalecida. Cuál sería su perspectiva