Si la antidemocracia nos rebasa

Si la antidemocracia nos rebasa

 

“La sociedad de rendimiento, como sociedad activa,

está convirtiéndose paulatinamente en una sociedad de dopaje”.

 

 BYUNG CHUL HAN

 


Estimado lector, es porque usted y yo estamos durmiendo en los brazos de Morfeo, citaré un poco más del notable autor contemporáneo de la reflexión arriba aludida, mencionado filosofo surcoreano, explica en uno de sus conocidos libros, denominado “La sociedad del cansancio” sobre el actual comportamiento de la sociedad moderna, afirma que, el ser humano está autocondenándose al aislamiento, a la depresión, al agotamiento, y a la frustración, por motivos desafiantes que hoy día nos aquejan, aunado a nuestra actitud negativa, o en su extremo fantasiosa, damos paso a la insatisfacción.

 Dicho lo anterior, si lo acotamos a problemáticas de carácter social, político, económico, etcétera, no es para menos, que,  tanto a nivel nacional como local, (las politizan y polemizan para beneficios corrompidos) lo que está ocurriendo en lo que va del año nos deje indiferentes, ejemplo: los acontecimientos de las líneas del metro en general en CDMX, muertes y heridos, por falta de previsión, mantenimiento y disminución en su presupuesto, porque usted ciudadano no lo vale, no diferencia servicios de calidad, y tampoco reclama la responsabilidad del gobierno; el feminicidio, quizá, más visto con morbo, que con seriedad y seguimiento profesional de las causas de fondo; la hiper comunicación controlada que ha provocado la muerte de  periodistas con ética; la economía insana que afecta cruelmente a ciertos estratos sociales, etcétera; en lo político y normativo, cambios a las leyes secundarias (plan B) aunque sean violatorios a nuestra carta magna, llámese de derechos ciudadanos, del derecho al voto, y lo que ello implique; en lo local, con los derechos de seguridad social, tristemente la corrupción de ayer y hoy, está pasando las facturas, por mencionar, en el sistema magisterial como en el burocrático, al parecer por desfalcos, hay retroceso en temas de pensiones, jubilaciones, ministración de medicamentos  y lo que esto implica administrativamente; en general, para las instituciones formales ya no existe el ser humano, y sí existe, es sólo  como un número virtual en el imaginario político, para contribuir y/o pagar impuestos de cuanta cosa consuma y esté por consumir, porque la población “pobre” lo necesita.

 Retomando a Han, nos dice que, si queremos vivir de manera confortable, próspera y medianamente estable, nos vemos forzados a auto cumplir nuestras expectativas a contra reloj (esclavitud voluntaria), individualizándonos cada día más, así también, el uso indiscreto, abusivo, y desinformado de las redes sociales, dicho por Han, nos llevan físicamente al aislamiento, pero virtualmente a la sensación de pertenecer a una "comunidad", y con ésto nacer la neurosis digital).

Por lo que, cada día dejamos que lo irreal, lo virtual nos coma el cerebro, el neoliberalismo, la producción masiva a escala mundial, y el consumismo nos induce a no formarnos un pensamiento crítico, a no tener el valor de disentir con respeto cara a cara, sino desde una pantalla, desde otro lado de quién sabe dónde, a aceptar contra nuestra voluntad lo que es supuestamente mejor para nosotros; a lo anterior, recae también, de cómo los gobiernos que elegimos y les cedemos cierto poder y responsabilidad defienden nuestros derechos a nivel mundial y nacional, es un tema de corresponsabilidad, tristemente como vemos y vamos, la moral del deber ya no existe, y se cambia por el tienes que, sí o sí, los valores y principios intangibles e imperennes son negados, estorban para propósitos de "alto nivel", lo más redituable, es el pragmatismo .

Cierto, a nivel social, político, económico, y tecnológico vienen grandes cambios, por inercias tanto mundiales como nacionales (teletrabajo, teletransportación, y demás), sin embargo, no perdamos la brújula, lo que necesitamos ciudadano es enfoque real, así como, resignificar valores y principios naturales y humanos; nos están imponiendo el chip de el úsese ahora, y deséchese de inmediato (relativismo), el de homogenizarnos mediante códigos disciplinarios uniformes para actuar como zombies, normalizando prácticas y situaciones que van contra la ley natural, con frases, y conductas engañosas se induce al miedo, y obediencia ciega; la persona como objeto, cosificada, mercantilizada, lo que conduce a una movilidad y sociabilidad controlada a través de instituciones específicas como son el ejército, la escuela, las fábricas, entre otras, orillándonos a la uniformidad y supervivencia, Han le denomina vigilancia biopolitica (vigilancia digital). Todo lo anterior son prácticas antidemocráticas consciente o inconscientemente que siembra la autocracia.

Finalmente, retomemos pausas sanas de convivencia física, mirándonos a los ojos, fomentemos construir día a día como estilo de vida, una democracia real, equitativa, y plural. Les deseo un año luminoso. Así las cosas respetado lector, cuál sería su perspectiva.