Como pinta el panorama…

Como pinta el panorama…

Bajo el discurso del “INE no se toca”, la oposición ha marcado su discurso para hacer frente a la elite actual en el poder.

Un slogan por demás chocarrero, pues parece que la oposición no entiende que todas las instituciones establecidas en la Constitución, son susceptibles de ser reformadas. No tocarlas, pareciera que estas son producto de un mandato divino y que, por su perfección y pulcritud, no deben estar sometidas al escrutinio público. 

Pero más allá de esa falta de visión, la oposición recurre a los mismos arquetipos y ciclos que el obradorismo le va imponiendo. 

La toma del zócalo de la CDMX, se ha convertido en la principal táctica política para demostrar su poderío de cara a las elecciones de 2024.

Sin embargo, dejarse engañar por la superficialidad que ambos grupos oposición-4t, manifiestan en sus convocatorias, requiere de un mayor de análisis. 

En la oposición tenemos a un grupo político oportunista, Fox-Alito-Ruiz Massieu-Marko Cortés y lo que queda del PRD, por mencionar algunos. Sin duda un grupo que tuvo la oportunidad de que esto no sucediera, pero el hartazgo de todas sus tranzas, corrupción y componendas a expensas y en lo oscurito del poder político que cohabitaron con sus acuerdos durante décadas, llevaron a que la ciudadanía se alzara a través de su única arma que tiene para clamar un cambio en el 2018: su voto.

Por otro lado, tenemos a una clase intelectual que, por mucho tiempo, fue beneficiada o por lo menos escuchada en los círculos del poder presidencial. Esta clase intelectual en el actual sexenio, ha sido despreciada y sujeta a la crítica. Me refiero, ha Aguilar Camín- Beatriz Pagés- Elizondo Mayer- Luis Carlos Ugalde- Leo Zuckerman etc.; basta leer su historial y darnos cuenta que en el pasado fueron beneficiados con contratos para sus editoriales o publicaciones o con plazas académicas o puestos de primer nivel.

Si bien, nadie cuestiona sus méritos académicos y conocimientos, lo que se cuestiona es su sensatez. Ahora que han sido ignorados por el presidente López Obrador en su toma de decisiones, -que bien pueden ser malas-, deberían entender que este político, lleva décadas inmerso en estudiar y manipular a las masas, algo que desde el escritorio o desde las aulas simplemente no se puede entender o más bien practicar.

Ponerse con Sansón a las patadas, en lo que el presidente sabe realizar a la perfección, parece una locura que ha tomada la llamada oposición. 

El discurso de odio y la polarización, son el mejor instrumento que le están dando al titular del Ejecutivo, para llevar su plan de fortalecimiento político y electoral rumbo a la madre de todas las elecciones del 02 de junio de 2024. 

Esta será la tónica presidencial, seguir definiendo a sus huestes electorales, que le serán fieles para retener el poder, la clase media, los intelectuales o los empresarios no le importa en su ajedrez político, sabe que estos representan apenas un 20 o 30 %, frente a los millones de pobres que habitan este país. Así es pobre México, no hay para donde voltear…