La misma gata…

La misma gata…

Desde su nacimiento el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), fue concebido psicológicamente para aglutinar a las masas. Fue diseñado como un movimiento y no como un partido, para que en él participaran toda clase de liderazgos, sin importar sus filias o fobias.

Si bien, su líder natural, se vende como una gente de izquierda, en el fondo este personaje sabe manejar las emociones y psicologías de las multitudes. La precisión con el que fue sintetizado este movimiento; Morena, es sin duda el fiel reflejo de cómo esta palabra por sí misma, identifica a la gran mayoría de mexicanos.

Morena es el color de nuestra piel, de nuestro mestizaje, es parte de nuestro linaje que nos da identidad nacional. También es el símbolo religioso con el que se identifican la gran mayoría de fieles y devotos, que en este país sobran, y que ven en esta imagen de deidad, un símbolo de esperanza y de fe.

Por ello, el slogan de la esperanza de México, pues pareciera que solo este movimiento, al igual que los otros partidos llamase PAN, PRI, PRD, MC, PVEM, PT, cada uno desde sus respectivas trincheras le han vendido al pueblo, solo eso, esperanza.

La crisis de legitimidad y confianza que atraviesan los partidos tradicionales, hicieron que Morena, fuera vista como una alternativa de cambio. Pero en los hechos está resultando el mismo fiasco.

Fue común escuchar en la llamada alternancia del 2000, como el hartazgo llevo al electorado a buscar otra opción política. El tricolor tradicional e histórico era detestado. Luego la mercadotécnica política, nos vendió otro producto electoral; dirachero y bravucón, pero ya no con los colores tradicionales, sino ahora azulado.

El regreso del PRI, fue sinónimo de que el PAN, simplemente no sirvió para gobernar, y el viejo partido ya tenía la experiencia, el final todos lo conocemos.

En el 2018, parece que la mercadotecnia política, volvió hacer de las suyas. El rechazo masivo hacia el PAN y PRI, nos hizo creer que nos vendían otro producto electoral, al final fue la misma gata, solo que ahora “morenizada”.

Por ello, en ese movimiento, no hay una definición ideológica, aunque quisieran vender el discurso de una izquierda progresista, en el fondo actúan como timoratos, que les da pavor los movimientos feministas o de la diversidad sexual.

Que han visto en la pobreza, el mejor campo para hacer rentable su proyecto político. Por ello el asistencialismo y el conformismo social, son su mejor aliado, la gente pensante no les importa, pues ellos no pueden ser manipulados electoralmente a su antojo.

Por ello, no fue una coincidencia ni causa de asombro, lo acontecido este fin de semana, donde de la forma más vulgar, ruin y sin el menor recato ético, recurrieron a todas las prácticas para llevar a cabo su elección de consejeros o asambleístas.