Simbiosis entre experiencia y tecnopolítica

Simbiosis entre experiencia y tecnopolítica

En el terreno práctico de la política y el ejercicio de gobierno, prevalece la falta de planeación que propicia la improvisación, la ausencia de formación y capacitación y en muchas ocasiones se le apuesta solo a la experiencia. Aun cuando existen disposiciones constitucionales y de leyes secundarias que obligan a los gobernantes a establecer sistemas de planeación locales y federales, para el crecimiento, desarrollo y aumento de la democracia, la rendición de cuentas, la publicación de indicadores de gestión, un sistema anticorrupción y leyes sobre responsabilidades de los servidores públicos, son insuficientes para lograr buenos gobiernos como un derecho humano.

La Teoría de Sistemas de Nícolas Luman genera luz para visualizar la necesidad de una interacción y armonización entre sistema de gobierno, sistema político, sistema electoral, indicadores de gestión, resultados de la gestión gubernamental vinculados con la sociedad. La Teoría de la Justicia Social, conlleva toda una estrategia que busca, en efecto, una distribución equitativa de la riqueza de la nación. La Teoría del Juego Social con una visión clara para quienes pretenden o buscan gobernar, previamente a ello deben estar formados y capacitados para la competencia política, para la acción electoral, para el entendimiento del entorno y la diversidad de jugadores como actores o factores reales de poder y finalmente para ejercer la política y el gobierno como una autentica profesión.

La filosofía clásica griega establecía que solo los sabios deben ser los gobernantes. La prudencia, el entendimiento y la sabiduría, como elementos fundamentales para lograr gobernar con ética. La moral entonces resulta muy importante para quienes aspiran a ser gobernantes y la razón como la regla que mide las acciones del servidor público en funciones.

No olvidemos que la psicología y la ciencia política han explicado con toda claridad que en términos prácticos y razonables la política es una ciencia y por ende quien se dedica a ella debería ser un científico social, un líder responsable o un gobernante eficaz, demócrata, autentico jefe de estado y jefe de gobierno.

La ciencia política por tanto estudia el comportamiento del individuo en grupo, en relación con otros grupos, que buscan acumular fuerza para lograr el poder. Si esto es así, entonces hablamos de un sistema ideal que vincula al líder social, al gobernante con la esencia del estado que es su población.

No obstante, lo anterior, los políticos tradicionales están lejos de establecer una simbiosis entre experiencia y tecnopolítica. La experiencia en términos de conocimiento del terreno del juego social y político, en cuanto a las distintos actores y factores reales de poder, en relación con la cartografía electoral, relativo al histórico de los resultados electorales, referente a los tiempos electorales, con relación al marco jurídico en  materia político electoral, respecto de la integración de fórmulas para candidatos e integración de instituciones de gobierno, entre otros muchos aspectos; no así, formación, capacitación o profesionalización para demostrar y ofrecer calidad en el servicio público,  eficacia en la toma de decisiones, planeación transversal para el crecimiento y desarrollo de la población, en suma ausencia de buenos gobierno como un derecho humano.