Calidad total

Calidad total


La cultura oriental, básicamente Japón y China tienen como filosofía a la calidad total, bien y a la primera, dar en el blanco, eficiencia y eficacia; es decir, que en cada acción se maximizan los recursos humanos, materiales y financieros, de ahí el crecimiento y desarrollo de esos países.

Esta planeación con visión empresarial que metodológicamente resuelve con éxito las estrategias de fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas, han sido el éxito de muchas economías de mercado y desde luego del propio gobierno.

No resulta conveniente trasladar, traspasar o copiar modelos que funcionan en ciertos países, para ciertas economías, para ciertos gobiernos, pero sobre todo para ciertas culturas. Es el caso para países latinoamericanos, con otros paradigmas en donde nos encontramos los mexicanos. El desarrollo, el crecimiento, la cultura y el deporte no serán una realidad mientras tengamos ausencia en la utilización de herramientas, técnicas y ciencias para potencializar las acciones de gobierno, la visión empresarial, las bellas artes y el deporte de los niños mexicanos, en general una estrategia educativa que fortalezca la mente, el espíritu, la identidad nacional, la innovación y la competencia. “Primero los pobres” es una expresión y una idea tan pobre que no nos dice nada y que solo satisface el poder por el poder. 

 En este acercamiento vemos con toda claridad que, en un diseño constitucional, de modelo económico, de modelo educativo y de sistema democrático están ausentes herramientas, metodologías, técnicas y ciencias en el diseño de una planeación nacional, regional, interestatal e intermunicipal de forma holística y policentrica con un enfoque federalista y nacionalista. Esta responsabilidad corresponde al Estado de conformidad con el artículo 25 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: “articulo 25. Corresponde al estado la rectoría del desarrollo nacional para garantizar que este sea integral y sustentable, que fortalezca la soberanía de la nación y su régimen democrático y que, mediante la competitividad, el fomento del crecimiento económico y el empleo y una más justa distribución del ingreso y la riqueza, permita el pleno ejercicio de la libertad y la dignidad de los individuos, grupos y clases sociales cuya seguridad protege esta Constitución. …”.

Cómo podríamos aspirar a niveles máximos de eficiencia y eficacia si muchos de los actores y factores de la economía en nuestro país actúan sin estrategia, sin control, sin evaluación, sin un compromiso nacional y moral, dañando los ecosistemas y no cumpliendo sus responsabilidades fiscales y de rendición de cuentas; pero claro debemos acentuar que el problema es la ineficacia del Estado a través del gobierno y del grupo en funciones  al no saber cómo atender esta problemática multifactorial del mercado, la delincuencia no solo actúa en el tráfico de drogas, personas, si no también es clara la complacencia de la ineficacia en la aplicación de la ley para el robo de autotransporte público y de carga, extorción, robo de datos personales y jackeo de cuentas individuales de sus redes sociales.

En el tema de la democracia, no alcanzaremos niveles máximos de eficiencia y eficacia en tanto los actores políticos de este país no fortalezcan a nuestra democracia con discursos, narrativas, pero sobre todo acciones que sean congruentes con esta aspiración que tenemos todos los mexicanos. En primer lugar los dueños, dirigentes y grupos políticos deben aceptar que se han equivocado desde el establecimiento mismo del sistema político mexicano en nuestra constitución vigente. Hay argumentos que dan cuenta de ello: inobservancia de sus estatutos, declaración de principios y plataformas electorales; ausencia de procedimientos democráticos a la hora de determinar candidaturas a cargos de elección popular directas y plurinominales; se han beneficiado solo las cópulas de poder en todos los partidos políticos; como institutos de interés público prescindieron siempre de abanderar los anhelos, causas, aspiraciones y problemáticas de los ciudadanos; además de abusar del poder cuando lo ejercieron.

Cómo exigir a los ciudadanos calidad total en sus estrategias y acciones frente al mercado, dentro de él o en el gobierno o frente al gobierno, si la autoridad municipal no establece estrategias comunitarias de participación ciudadana en la planeación para el desarrollo, crecimiento y seguridad de las comunidades. Cómo aspiramos a mejores niveles de la calidad en los servicios de gobierno en las entidades federativas con la ausencia de políticas públicas que fortalezcan a la niñez en la cultura y en el deporte, en la enseñanza cívica y de valores democráticos en las instituciones públicas y privadas de todos los niveles de enseñanza. Cómo aspirar a una cultura de máxima calidad de los servicios públicos y dentro del mercado, si los actores políticos y económicos solo piensan para ellos mismos. Por un lado, obtener máximas ganancias acosta del deterioro ambiental, y por otro lado obtener triunfos electorales pasando por encima de la democracia, de las instituciones democráticas y de la propia ley.