Las reglas del juego social

Las reglas del juego social

En un sentido estrictamente técnico y desde luego político la sociedad mexicana y sus factores reales de poder han establecido en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, principios y reglas.

 

Diversos principios y reglas han sido traducidos en múltiples leyes secundarias. Para comprender la presente hipótesis, es recomendable volver a leer la obra jurídica, política y sociológica de Ferdinand Lassalle, ¿Qué es una Constitución?, en esta aportación filosófica, el autor establece que una Constitución es un acuerdo de voluntades de los distintos factores reales de poder (empresarios, campesinos, religiones, obreros, universidades, partidos políticos, entro otros). Para ejemplificar su tesis realiza un planteamiento de un posible escenario, señalando: imaginemos que son quemados o destruidos todos los documentos jurídicos de un país, constitución, leyes secundarias, decretos, reglamentos, acuerdos, circulares, entre otros. ¿Qué debe hacerse ante tal circunstancia?, Lassalle con una visión social demócrata habla con claridad respondiendo a esa pregunta. Habría que convocar a los factores reales de poder para consensar principios y reglas que permitan construir y aprobar una nueva constitución y como consecuencia sus leyes secundarias. Con esta visión humanista se crea la social democracia como una ideología en la que el consenso, la opinión y los acuerdos de los factores reales de poder de una sociedad son lo más importante. En este sentido las mayorías, las minorías y las distintas clases sociales son escuchadas.

 

En el caso de México, la historia de nuestras constituciones nos indica una evolución constante hasta las últimas reformas constitucionales del gobierno federal anterior. El ultimo consenso para reformas constitucionales y de leyes secundarias se llevaron a cabo con el denominado Pacto por México. En este caso no estuvieron de acuerdo todos los factores reales de poder, solo los líderes de los partidos políticos en su momento. El actual gobierno con la mayoría en el senado y en la cámara de diputados los propios legisladores han señalado que no necesitan a las otras fuerzas políticas para intentar cambiar principios y reglas establecidas en la constitución y leyes secundarias y mucho menos considerar a los factores reales de poder y las clases sociales de este país. Esta actitud, visión y estrategia política es en extremo cuestionable ya que contraviene a los principios y reglas de visión democrática establecidos en nuestra constitución, para esta afirmación basta revisar los artículos 25, 26, 40, 87, 133 y 134.

 

Los ciudadanos mexicanos deberíamos comprender con toda claridad que la soberanía, es decir, el poder reside en el pueblo y que el diseño constitucional, principios y reglas en la Constitución establecen un sistema de representación política y administrativa en el cual, los mexicanos votamos por nuestros representantes y servidores públicos en los distintos niveles de gobierno. Lo anterior significa que los servidores públicos incluido en primer lugar el presidente de la Republica, estarían obligados a actuar y conducirse de conformidad con los principios y reglas establecidos en nuestra constitución y leyes secundarias uno de ellos es gobernar para todas las clases sociales, actuar leal y patrióticamente, buscar los consensos y acuerdos de todos los sectores o factores reales de poder de nuestra sociedad, así lo dicta la razón elemento fundamental de quienes puedan preciarse  de adoptar la filosofía del Humanismo.