El derecho humano a buenos gobiernos

El derecho humano a buenos gobiernos


 

Desde la revolución francesa, como el gran paradigma que humaniza la forma de Estado y de Gobierno, inicia, sin duda, el camino en favor de los ciudadanos para tener buenos gobiernos. Pasamos como sociedad por el mal recuerdo de gobiernos monárquicos a gobiernos democráticos. El poder ya no es de una sola persona, ahora, se trata de nuevas reglas y principios que a través del voto se mandata a una serie de representantes populares, quienes tomarán decisiones colectivas. Es aquí donde inicia el problema, tomar decisiones colectivas implica informar y considerar a la colectividad respecto de esas decisiones, lo mejor es el consenso y la rendición de cuentas de todos los servidores públicos.

Legislar y gobernar tienen como responsabilidad buscar el acuerdo de quienes se gobierna y de quienes esa ley va dirigida. Esto significa también que, al momento de gobernar, legislar y aplicar la ley, deberá actuarse con valores y principios.

Largo ha sido el camino de constante lucha, por un lado, el cuestionamiento a los que gobiernan, y por otro, la esperanza ciudadana de que los gobernantes se conduzcan con una alta moral. Hasta ahora, esa batalla continúa. No obstante, los grandes cambios en las formas de Estado y de Gobierno, presidencial, semi-presidencial, parlamentario o los ejemplos de China, Rusia, Japón, Canadá, Inglaterra, Estados Unidos, entre otros; marcan una forma, por decirlo así, exitosa de gobierno. El nacionalismo de China la llevará, como esta planeado en el año 2025 a ser la primera potencia mundial.

Es precisamente en este punto, donde debemos examinar y saber, cual es la estrategia de esos gobiernos de alto desarrollo y crecimiento, por un lado, la identidad y el nacionalismo en extremo y por otro, los buenos gobiernos y la innovación, como el paradigma del verdadero derecho humano para sus ciudadanos. En este sentido, los países que conforman la Unión Europea y los asiáticos, están adoptando en sus legislaciones, normas que obligan a sus gobernantes, representantes populares y servidores públicos en general a propiciar buenos gobiernos, ya como un derecho humano.

El derecho humano a buenos gobiernos, es un principio universal, que deberemos adoptar urgentemente en México y en todos los países latinoamericanos, como forma de vida. Existen argumentos suficientes a saber, la globalización del derecho, la internacionalización de instituciones, los bloques económicos, los Tratados Internacionales, los Acuerdos Comerciales, la Integración de países, la transculturización, entre otros muchos fenómenos políticos, económicos y sociales globales.

En este sentido, no habría que olvidar que existen dos tipos de derechos humanos. Los derechos humanos naturales, que son las prerrogativas o potestades al ser humano por el solo hecho de nacer, y los derechos humanos nacidos en el proceso social, por ejemplo, el derecho de asociación, que permite la creación de personas jurídicas o personas morales, el municipio con personalidad jurídica es otro ejemplo, el derecho a la educación, el derecho de petición, las contribuciones, la posesión de armas de fuego, conocer los indicadores de gestión de los gobiernos, la rendición de cuentas, la responsabilidad de los servidores públicos, derecho de votar y ser votado, derecho a buenos gobiernos, entre otros muchos derechos.

En consecuencia, existen dos tipos fundamentales de derechos humanos, los naturales, como la vida, la libertad, la igualdad, entre otros; y, los derechos humanos creados por el propio proceso social y sus necesidades de convivencia armónica. Derivado de la anterior, no es necesario entonces, establecer en la ley fundamental, la creación y reconocimiento del derecho humano, nacido del proceso social, a buenos gobiernos. Este principio es universal, aun cuando no se establezca en la constitución, ya que se trata de una facultad que deriva de la naturaleza, al nacer el ser humano, está dotado de razón y solo él como ser humano, puede razonar y en este proceso, sabe con claridad lo que es bueno y es malo, en ese momento se manifiesta la moral, como consecuencia, actuar con la razón y la moral es la naturaleza del ser humano, solo que lo olvida cuando tiene poder.

Actualmente, existen múltiples mecanismos que permiten la exigibilidad de parte de los ciudadanos para propiciar e invocar buenos gobiernos a saber, la exigencia de rendición de cuentas, el juicio político, la revocación del mandato, el voto, la responsabilidad de los servidores públicos, los indicadores de gestión, los informes de los representantes populares en sus distritos, municipios, estados o país. No obstante, las denuncias, quejas procesos o procedimientos que existen en la ley, en muchos casos la autoridad es juez y parte en esos procesos o procedimientos que inician los ciudadanos. La autonomía de los órganos de control no son una realidad y si a eso le agregamos el posible desconocimiento de la ley por parte de los ciudadanos, entonces, el problema se agrava.

Con estos elementos, podemos concluir que el principio del derecho humanos a buenos gobiernos, es una construcción social, que de manera natural lleva implícito un derecho humano natural, ya que estamos hablando de seres humanos en ejercicio de un cargo público, por lo que todos los mexicanos, tenemos el derecho humano a buenos gobiernos como una demanda social, exijamos el cumplimiento y la garantía de este derecho fundamental en estos tiempos, así lo exige una sociedad democrática.