No a los Evos Morales
El mensaje es muy claro: cuando veas las barbas de Evo Morales cortar, pon las tuyas a remojar, pero tal parece que no se entendió bien.
Resulta que el gobierno de México, en menos que canta un gallo, se apresuró a dar asilo al dictador boliviano, que intentó perpetuarse en el poder.
Como si fuera un héroe, el Presidente Andrés Manuel López Obrador dio la bienvenida al ex mandatario de Bolivia, que manipuló elecciones y puso a su país al borde de la guerra civil.
La llegada de Evo Morales no es un buen augurio, sobre todo en momentos en que la Cuarta Transformación está envuelta en prácticas antidemocráticas.
Ahí está la elección fraudulenta de Rosario Piedra como Presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, en donde la bancada de Morena desapareció dos votos clave.
O la iniciativa de Grupo Parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados, para hacer rotativa la Presidencia en el Consejo General del Instituto Nacional Electoral, a partir del próximo año.
Queda claro que a la 4T le estorba la presencia de Lorenzo Cordoba, al frente del INE, con propósitos aviesos para las elecciones intermedias de 2021.
Si los de Morena se hacen fraude en sus Asambleas Distritales y recurren a viejas prácticas en la disputa de la dirigencia nacional, qué se puede esperar en otros espacios de poder.
Lo que no se ha visto es que con esas señales, al igual que en Bolivia, la democracia mexicana está en riesgo en la presente gestión federal.
Más ahora que la Presidencia de México tendrá de asesor a Evo Morales, experto en prácticas antidemocráticas para mantenerse en el poder por 14 años.
Bajo este desolador escenario, ya solo falta que cuando caiga el otro dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, en México lo recibamos con bombo y platillo.
Bien dice el dicho, dios los cría y ellos se juntan.
victortamayo5@hotmail.com
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