“Nunca he creído que por ser mujer

deba tener tratos especiales, de creerlo

estaría reconociendo que soy inferior a los hombres..”

Marie Curie

Amable lector, cito –Tres cosas son primitivamente contemporáneas: Dios, la Luz y la Libertad- que pasa hoy día con nosotras las mujeres, en dónde o porqué nos hemos extraviado de nosotras mismas, recuerdo haber leído en un libro  de historia decir: ancestralmente las mujeres eran quienes gobernaban, el matriarcado estaba en su esplendor, eran apoyadas por el hombre conviviendo y desarrollándose en armonía, pero fue corruptible, y el patriarcado tomó la bandera, cierto o no, yo me considero sencillamente mujer, sin etiquetas de ser feminista, de ser esto o aquello, pero me sumo a las injusticias sin sexismo, lo que sí, es que, en estos tiempos contemporáneos, nos han inculcado como forma de control mediante el sistema familiar, de gobierno, educativo, religioso, y también de uno más amplio, de la cultura del “occidente”, etcétera, la idea de separar, ver y tratar con otros ojos al hombre, con todo y los rituales que vengan a su imaginación o los que le hayan implantado para tratarlo como un rey (en todo caso simbólicamente seríamos rey y reina), y no precisamente como a un hombre, como al ser humano con virtudes y defectos, pero también con obligaciones y derechos, por lo que no idealizar, y ser reales previene el desencanto. Podríamos retomar estadísticas sobre violencia familiar, de género, psicológica, laboral, física, sexual, etcétera, éstas ayudan a visualizar y tomar acciones asertivas; sin embargo, combatir violencia con más violencia no es de personas, ya que tener una conducta provocativa con falta de cordura afecta a quienes sí queremos justicia, equidad e igualdad, así pues, no es con conductas destructivas que se logre el propósito, es necesario recordarnos, que como mujeres comprendamos que la fortaleza interior de luz y amor de la que estamos hechos es un arma más virtuosa y constructiva, asumiendo cierta responsabilidad o prácticas de educación que por nosotras mismas bien podríamos mejorar o adecuar con sensibilidad e inteligencia en la primer trinchera, el hogar, así también, sería reivindicativo no emular cierto rol del género masculino, tampoco es necesario caer en agresiones, mutilaciones, y anarquismo (hombre o mujer), esto no nos lleva a establecer una sociedad más equitativa y democrática, genuino es aceptar y sentirse una mujer pensante, talentosa y bella, también lo sería, sumar al compañero a las necesidades que hoy día como mujeres pedimos, lo que abona al desarrollo pleno de ambos, siendo más redituable a mediano y largo plazo espiritual y materialmente.

Hacer un ejercicio de reflexión, dónde es que están arraigadas las conductas no constructivas, es preciso, ya que buscar culpables afuera no ayuda; no obstante, forzoso es, que los tres niveles de gobierno, el poder legislativo y el judicial trabajen holisticamente, olvidense de cultos personales, ninguno de estos tendrían porque ser rebasados tanto en la aplicación de políticas públicas preventivas, en elaborar leyes acordes a la realidad-tiempo y en emplear la ley; instituciones, programas, recursos humanos y materiales hay, qué falta, servidores públicos aptos, responsables, y honestos, que provean la atención puntual e integral que nos merecemos los ciudadanos, evitando los más posible situaciones como las que acontecieron el día 8M tanto a nivel local como nacional. Los derechos civiles y políticos están garantizados plenamente en nuestra Carta Magna, en cambio, se requiere desarrollar más la empatía y consistencia en el actuar institucional; politizar, reprimir, lucrar o tener indiferencia con el sentir de las mujeres y entre mujeres es un círculo vicioso que en nada ayuda al logro del bienestar ciudadano, todos tenemos una cuota de responsabilidad.

Concluyo citando a Richard Lang: es evidente que nuestras grandes enfermedades sociales se derivan de la codicia y el odio…que estos, a su vez, nacen de la ignorancia, ..con respecto a qué y quiénes somos. El respeto no es un ideal, hay que practicarlo día con día al relacionarnos con nuestros semejantes y entorno,  Así las cosas respetado lector, cuál sería su perspectiva.