Unidad: certeza y certidumbre
Las dos grandes coaliciones en Tlaxcala se diferencian por un factor: la unidad.
La coalición “Unidos por Tlaxcala”, que abandera Anabell Ávalos Zempoalteca, tiene claro dominio en este terreno, mientras que Morena y sus aliados, representados por Lorena Cuéllar Cisneros, no.
“Unidos por Tlaxcala” se estableció con base en coincidencias claras respecto al rumbo que el desarrollo debe tomar en Tlaxcala.
Así, los partidos PAN, PRI, PRD, PAC y PS construyeron acuerdos y demostraron civilidad política para integrar un proyecto que plantea un gobierno de coalición que garantice representatividad de cada fuerza política dentro de la administración estatal.
Aunado a ese factor, Anabell Ávalos tiene el respaldo absoluto de los partidos coaligados, y se le reconoce, además de trayectoria y experiencia, la cualidad de cumplir acuerdos, de ahí que el espaldarazo que recibió, por parte de la senadora Minerva Hernández Ramos, ex aspirante a la gubernatura, resultad una demostración de fortaleza política.
Es por ello que, poco a poco, diversos líderes en la entidad han establecido acercamientos con la ex alcaldesa capitalina, animados por la seriedad de su propuesta y por la tendencia que las preferencias electorales están jugando a su favor, pues la última encuesta de C&E México mostró que su coalición está a sólo 6 puntos de distancia de la que lleva Morena.
En el otro extremo, la alianza que encabeza Lorena Cuéllar muestra severos indicios de desunión. Los partidos que van con Morena creen que se repetirá el efecto de la última elección federal, y confían en la posición inicial que las encuestas le dan, sin apostar por la organización y el acuerdo político para conciliar intereses.
Muestra de ello es la indiferencia ante la decisión que las otras dos aspirantes a la gubernatura por el partido de la 4T, Ana Lilia Rivera y Dulce Silva, tomaron de no reconocer a Cuéllar como la candidata legítima, debido a la discrecionalidad con la que se dieron los resultados del proceso interno.
Ya la senadora Ana Lilia Rivera había evidenciado en fechas recientes que el método de la encuesta no mide honestidad ni lealtad, en alusión a la candidata, quien ha brincado de partido en partido para ser gobernadora, y ha usado sus cargos públicos para promocionarse. La propia empresaria Dulce Silva desconoció los resultados de la encuesta que aplicó el Comité Ejecutivo Nacional de Morena e impugnó el proceso.
Es así que las dos principales coaliciones proyectan dos identidades contrarias: una de certeza y certidumbre, y otra de desconfianza y ruptura. Bajo esas bases es que podemos anticipar lo que puede venir para Tlaxcala.
Comentarios: marcosl.tecuapacho@gmail.com
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