El contundente triunfo del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Coahuila e Hidalgo deja claro que está listo para el proceso electoral 2021.
La del domingo pasado fue una jornada que demostró que el PRI está de regreso y que Morena no es invencible
En Coahuila, ganó los 16 distritos, y en Hidalgo, al menos 32 municipios, con el 25% de la votación a su favor.
Estos resultados elevan la moral del priismo en los estados que habrá elecciones el siguiente año, y representan un golpe anímico a Morena y la Cuarta Transformación, que se creían invulnerables por el llamado efecto AMLO que, sencillamente, brilló por su ausencia el pasado fin de semana.
No cabe duda que, cuando hay estrategia y trabajo, un partido serio, firme, y con liderazgo como el PRI es capaz de volver a la senda del triunfo.
El PRI está aprendiendo del pasado, y lo hace rápidamente para adaptarse a la nueva escena política.
El Gobernador Marco Mena no se equivocó cuando planteó la necesidad de elegir candidatos triunfadores, generando condiciones de unidad en torno a los aspirantes más populares. Ese fue uno de los factores decisivos el pasado 18 de octubre, que demuestran que la experiencia también es un factor de valor para el electorado.
En Tlaxcala, el PRI espera repetir la hazaña el año entrante, con la confianza de que la ciudadanía nuevamente confía en este instituto político. Para ello, los priistas tlaxcaltecas deben trabajar en unión para presentar los mismos resultados en las votaciones.
El priismo local tiene cuadros competitivos que, con méritos propios, aspiran a la candidatura por la gubernatura estatal. También tiene a la mano la posibilidad de encabezar una alianza que aglutine los intereses de muchos tlaxcaltecas por lograr que el estado siga creciendo como hasta ahora.
Pero además tiene a su favor el reconocimiento público de un buen gobierno, como el que Marco Mena encabeza en Tlaxcala. Hoy, el nombre de Tlaxcala no pasa inadvertido por el trabajo de Mena, quien destaca a nivel nacional como uno de los gobernadores mejor calificados por la ciudadanía y como uno de los mandatarios priistas con mejor aprobación en el país.
El PRI debe aprovechar su circunstancia político-electoral: requiere una agenda electoral atractiva acercamiento permanente con su militancia, y candidatos competitivos elegidos en condiciones de unidad.
Sin duda, el PRI está de vuelta para ganar.