Bien calificado
En las últimas dos semanas, se han publicado encuestas nacionales para medir la aprobación de los gobernadores en México, y en ambas, el gobernador de Tlaxcala, Marco Mena, logró calificaciones importantes.
La primera corresponde a la encuestadora Arias Consultores, en la que Mena se ubicó en el décimo lugar nacional de aprobación ciudadana, con un puntaje de 33.1%; nada mal si consideramos que la aprobación de los gobernadores del PRI es de 32%. Por eso, se coloca también como el quinto gobernador priista mejor evaluado.
En esta medición, el Gobernador salió bien calificado en los rubros de confianza ciudadana, confianza de los inversionistas, desarrollo de obras, combate a la corrupción, calidad de vida, empleo y crecimiento económico.
Esta percepción es congruente con el trabajo de promoción industrial y turística, con el trabajo para transparentar el ejercicio del gasto y mantener cero deuda, así como la labor de combate la pobreza y la generación de empleo formal.
SE CONFIRMA LA TENDENCIA.
La segunda encuesta corresponde a México Elige, cuyos resultados confirmaron esta semana la tendencia de Marco Mena entre los mandatarios estatales con mejor desempeño en México.
Según el estudio demoscópico, el mandatario estatal logró un nivel de aprobación de 49.5%, lo que lo sitúa en el lugar número 11 de los 32 gobernadores del país.
Sin duda, este nivel de aprobación se considera importante, si se considera que 12 mandatarios tienen niveles inferiores al 40 por ciento, y 10 más, entre 40 y 50 por ciento.
El trabajo de lo que va de su gestión empieza a notarse más, y eso contribuye a que la ciudadanía califique mejor al Ejecutivo estatal.
QUE LOS SUPERDELEGADOS “NO CHAPULINEEN”.
En Morena, la grilla está a tope.
En la Cámara de Diputados federal, la morenista Claudia Yáñez propuso candados para evitar que los superdelegados estén impedidos para ser candidatos y puedan hacer mal uso de los programas sociales.
Esta iniciativa establece que, en el caso de que esos funcionarios quieran ser abanderados, solamente puedan serlo si se separan del cargo tres años antes de la elección, en el caso de que quieran contender a gobernador.
Con esta medida, se busca reducir el uso discrecional de padrones de los programas sociales con fines electorales, dados los señalamientos de que los coordinadores estatales de programas de desarrollo han incurrido en esas conductas, como ha sucedido en Tlaxcala, donde Lorena Cuéllar es señalada de utilizar el cargo como trampolín político.
Veremos si prospera esta iniciativa, pero por lo pronto es claro que, dentro de Morena, se han dado cuenta de que eso de “no mentir, no robar, y no traicionar al pueblo”, no aplica para los superdelegados, porque construyen candidaturas a la gubernatura de sus estados.
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