El gobierno que encabeza Marco Mena armó una estrategia muy completa para hacer frente a los efectos de la pandemia por Covid-19 entre la población.
Además de integrar componentes para responder a la crisis de salud y a la crisis económica, también emprendió acciones de desarrollo social para otorgar ayudas directas a la población vulnerable.
Por ejemplo, la entrega de “Apoyos a la economía familiar en el campo”, que implicó duplicar los paquetes de entrega de aves de traspatio para mejorar la alimentación y los ingresos de las personas que viven en el medio rural.
Con esta acción, pasaron de 12 mil a 25 mil las familias beneficiadas con especies menores que les ayudarán en su alimentación y les brindarán la posibilidad de vender los excedentes para mejorar su economía.
Otra más es el programa “Supérate Mujeres”, al que se invertirán 140 millones de pesos en transferencias monetarias a 26 mil mujeres que formaban parte del programa PROSPERA y que no reciben apoyos de las Becas Benito Juárez ni del programa Supérate.
El monto por beneficiaria será para apoyar su consumo, y se le depositará en una tarjeta bancaria, lo que asegura la recepción directa de la ayuda sin manipulación de algún tipo.
En ambos casos, se trata de apoyos que les permiten enfrentar gastos importantes a las familias de menores ingresos, lo que le permite a Tlaxcala ser referencia nacional por el manejo que ha dado a la pandemia.
Sin duda, el gobierno estatal ha hecho una inversión invaluable en favor de los hogares en situación de precariedad, ya que estos recursos públicos tienen el potencial de producir resultados favorables para Tlaxcala desde las comunidades.
Haber apostado por acercar herramientas a estas familias para desarrollar sus habilidades y fortalecer su capital humano, fue la mejor decisión para ofrecerles alternativas de desarrollo en un escenario de adversidad.

 

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