El PAN despierta: Relanzamiento. Tlaxcala exige futuro, no simulación.

El PAN despierta: Relanzamiento. Tlaxcala exige futuro, no simulación.

México no necesita más promesas rotas. Tlaxcala no quiere más discursos huecos. Lo que comenzó como una supuesta “transformación” terminó siendo una demolición sistemática de lo que nos daba certeza: instituciones, libertades, servicios públicos y respeto por la ley.


Desde Tlaxcala, levantamos la voz. No para repetir consignas, sino para recuperar el sentido de lo público. Acción Nacional está de vuelta, no como un eco del pasado, sino como una fuerza renovada que entiende que gobernar no es controlar, sino servir.


El llamado “Cártel de Morena” no transformó al país: lo secuestró. Lo convirtió en rehén de la propaganda, del clientelismo, del miedo. Nos dejó hospitales sin médicos, escuelas sin rumbo, calles sin seguridad y familias sin esperanza. 


Y mientras tanto, en Palacio Nacional, se aplaude el retroceso como si fuera victoria.


Prometieron acabar con la corrupción, pero terminaron perfeccionándola. El llamado “huachicol fiscal” es prueba del saqueo institucional que hoy supera los 700 mil millones de pesos, más que el Fobaproa.


La opacidad se volvió norma, los contratos se reparten entre amigos y la rendición de cuentas desapareció. La corrupción no se erradicó: se institucionalizó. 


El régimen guinda no sólo ha fallado en lo económico y lo social: ha atentado contra las libertades. Censura a medios, persigue a críticos, espía a ciudadanos y debilita organismos autónomos. La Suprema Corte, el INAI, el INE y las fiscalías han sido blanco de una estrategia autoritaria que busca concentrar poder y eliminar contrapesos. Morena no gobierna: impone. No dialoga: intimida. No construye: destruye.


Y lo más grave: su relación con el crimen organizado. Pacta con delincuentes, protege a grupos armados y convierte al Estado en cómplice del terror. Lo que antes se combatía, hoy se tolera. Lo que antes se denunciaba, hoy se encubre. 


No podemos aceptar esa normalización del miedo. Acción Nacional lo dice con claridad: no vamos a permitir que el país se convierta en rehén del crimen, ni que la política se arrodille ante el narco.


Tlaxcala no se rinde. Acción Nacional tampoco. Este relanzamiento no es un acto de nostalgia, es una declaración de guerra contra la indiferencia, contra el abuso, contra la mentira institucionalizada. Hoy, el PAN abre sus puertas, se digitaliza, se moderniza y se compromete con cada ciudadano que exige resultados, no excusas.


Ser panista es resistir con dignidad. Es defender la democracia desde la calle, desde la plaza pública. Es decirle al poder que no todo se compra, que no todo se manipula, que hay quienes aún creemos en la ley, en el mérito, en la verdad.


Nuestros gobiernos hablan con hechos. Donde gobernamos hay seguridad, hay empleo, hay salud. No porque seamos perfectos, sino porque entendemos que gobernar es rendir cuentas, no esconderlas. Esa es la diferencia entre Acción Nacional y el régimen guinda: mientras ellos concentran poder, nosotros distribuimos futuro.


Porque cuando creemos en México, lo hacemos con hechos. Porque cuando defendemos Tlaxcala y el país, lo hacemos con acción.


Reconstruiremos todo lo que el Cártel de Morena ha destruido: las instituciones, la libertad y la economía de las familias mexicanas.


El PAN despierta: Tlaxcala exige futuro, no simulación. ¡No más!


Ángelo Gutiérrez Hernández.

Presidente del PAN Tlaxcala.