En recientes días la gobernadora de nuestro estado Lorena Cuéllar Cisneros se ha visto envuelta en una serie de críticas a raíz de la inseguridad que se ha desatado en la entidad que gobierna.

Los números de la reciente encuesta del INEGI son fríos y nada positivos para la mandataria que ha entrado en la recta final de su gobierno.

Robo de autos, embolsados, narco mantas, desmantelamiento de narco laboratorios, levantados y un sinfín de frentes están abiertos para la gobernadora y nadie parece ayudarle, al contrario, ella absorbe los golpes sin que los funcionarios responsables den la cara ante las crisis que azotan la entidad.

Un claro ejemplo es la capital de Tlaxcala.

El pan nuestro de cada día son los asaltos, los baches, la falta de luminarias, servicios públicos trabajan a medio gas o medio trabajan, la inseguridad y últimamente el robo de autos cuyo delito, el alcalde Alfonso Sánchez García ya determinó que son bandas de poblanos quienes vienen a robar autos, pero que son muy ‘hábiles’ y por eso no los pueden detener, como lo refirió recientemente el morenista en una entrevista al pleno chacaleo.

Estos problemas no le explotan en las manos al hijo del ex gobernador, al contrario, los petardos le explotan a la gobernadora.

Por su parte, la inseguridad que azota la entidad pasa por las manos de la ingobernabilidad que está en manos del morelense Luís Ramírez quien no ha hecho por lo menos ‘el paro’ a la gobernadora para dar la cara y explicar por qué en sus narices había un narco laboratorio que tuvo que venir a desmantelar el Batman de la 4T Omar García Harfuch.

De su Secretario de seguridad ya ni hablamos, está rebasado.

Los diputados de morena están como hienas relamiendo sus bigotes para ver qué hueso agarran en la siguiente elección, dejándole a la gobernadora la responsabilidad de lo que sucede en el estado.

Las dirigencias de los partidos que la cobijan andan en lo suyo, jalando a impresentables y tejiendo hilos políticos para ‘lo que viene’ ¿y la gobernadora?, ¿no van a salir a defenderla?.

La dirigencia de Morena  no ha salido a defender la gestión de la gobernadora como sí lo hizo Monreal al respaldar a los gobernadores cuyas administraciones están en crisis.

En fin, todos los llegues se los lleva la mandataria mientras que los responsables del desastre prefieren agacharse para no recibir las pedradas, no vaya a ser que les tumben su proyecto.

En medio de todo este fracaso, estamos los tlaxcaltecas pagando las facturas de estos malos y cobardes funcionarios.

Pobre Lorena Cuéllar, tan cerca de los que le hablan al oído y tan lejos de la realidad.