El arte de pensar libremente

El arte de pensar libremente


Uno de los más grandes filósofos del siglo XVIII es sin duda Denis Diderot, creador y constructor del proyecto editorial del siglo XVIII, denominada la Enciclopedia, un inmenso diccionario de sacrilegio y libre pensamiento.

 Diderot al igual que Mozart, terminaron en una fosa común. El primero después de ser profanada su tumba por unos viles ladrones, el segundo por terminar en la pobreza.

 Siendo ateo estuvo enterrado dentro de una iglesia. Quizás la misma virgen lo expulsa de ese lugar (Saint-Roch). Antes de ser sepultado Diderot, predijo “uno se pudre bajo el mármol o la tierra, pero se pudre igual”. Fue sacado del mármol y olvidado en la tierra, en una fosa común, después de ser desenterrado y robado su ataúd de cobre.

 Diderot decía: “La posteridad es para el filósofo, lo que el cielo es para el hombre religioso”, sin duda tenía razón, hoy en día su pensamiento continua vigente.

 A los 34 años publico una obra de ateísmo radical, conocida como: “La carta sobre los ciegos para uso de los que ven”. Esa publicación fue sancionada severamente por la iglesia católica, enviándolo a la cárcel por tres meses advertido de que la próxima seria la cárcel por décadas.

 En 1777 concluyo la Enciclopedia siendo celebre en Europa y Norteamérica. Aunado a lo anterior, no debemos olvidar que Denis Diderot se adelantó en distintas disciplinas al grado que intuyo, por ejemplo, la selección natural de las especies antes que Darwin, el complejo de Edipo antes de Freaud, y la manipulación genética, 200 años antes que la oveja Dolly.

 No obstante, su obra maestra “El sobrino de Rameau”, un dialogo filosófico, sobre el derecho al placer sin cortapisas, misma que vale la pena leer y releer.

 Denis Diderot fue el autor favorito de Karl Marx, en sus distintas obras Marx se apoya en las aportaciones de Diderot respecto de la lucha de clases. Así por ejemplo fue la base para el manifiesto del Partido Comunista de 1848.

 Freaud, lo reconocía como el padre de los futuros psicoanalistas.

Con las obras de Diderot, diversos filósofos lo han señalado como: el filósofo y autor del siglo XIX con capacidad para prever el futuro.

Nuestro personaje pensó en una carrera eclesiástica y termino siendo el más feroz ateo de su tiempo, de su época y de la de hoy.

Diderot es el ejemplo más claro del pensador que se enamora desesperadamente de cualquier tema que estudia. Al respecto, Voltaire lo describe de esta forma: “es un antiguo buscador de la verdad”. Jesús ya lo decía “la verdad te hará libre”. Voltaire concluye diciendo: “es un alma honesta y sencilla que nació sin ambición”. 

Sus más cercanos colaboradores señalan que, Denis Diderot es el más grande defensor del poder emancipador de la filosofía.

A través de sus obras se ha demostrado que, Diderot es la verdadera oposición crecientemente escéptica y franca de todas las ideas recibidas, sin duda percibimos que nuestro personaje utiliza radicalmente el método de la duda. 

Denis realiza cuestionamientos fulminantes a todos los temas en estudio. El papel del filósofo decía es: “pisotear hasta pulverizar el prejuicio, la tradición, la antigüedad, el conocimiento generalizado, la autoridad, en una palabra, todo cuanto subyuga la mente del rebaño…”

Los más grandes filósofos contemporáneos, como Goethe señalaban que Diderot, tenía fuerza, viveza, ingenio, variedad y elegancia en la conversación. Por su parte, Rousseau, lo llamó, genio asombroso universal, quizás único.

La verdad es que Denis Diderot realizaba saltos violentos al utilizar su imaginación. Aunado con el método de la duda y enamorado de los temas que estudiaba, su producción literaria, psicológica, teatral, biológica y filosófica entre otras, nos obligan a determinarnos por el cielo o la realidad social desde la perspectiva de la filosofía y trascender para la posteridad.

Afortunadamente existen muchos ciudadanos que aspiran a cerrar la brecha entre gobierno y ciencias y técnicas para gobernar, a través de un urgente establecimiento de una Escuela de Ciencias y Técnicas de Gobierno, en la que el gobernante de manera apasionada en extremo visualice, se prepare y conozca las distintas disciplinas que le permitan eficientar su trabajo ejecutivo, legislativo o judicial, o cualquiera que sea su responsabilidad como servidor público.

Deseamos con la esperanza como sueño inquebrantable que alguien, algunos o muchos desafíen la inercia de primero los pobres y el reparto de dádivas, versus, la magia, la alquimia, la dialéctica y la duda filosófica, como herramientas para trascender de lo abstracto a lo concreto, de cambios cuantitativos y cualitativos, para trascender a una auténtica justicia social.