Huérfanos
Les cuento que la tragedia que enlutó al estado de Puebla el pasado 24 de diciembre, dejó varios políticos huérfanos en Tlaxcala.
De todos es sabido que el senador Rafael Moreno Valle no solo buscaba perpetuarse en el poder, por la vía de su esposa Martha Erika Alonso.
Sino que pretendía usar la gubernatura de Puebla como trampolín político para sus aspiraciones presidenciales en 2024.
Para ello, Moreno Valle había conformado una red de intereses y de adeptos a su causa en varios estados de la república, entre ellos en Tlaxcala.
Desde que fue gobernador, el senador panista que falleció en el avionazo, pretendío influir en la política tlaxcalteca, con magros resultados.
Buscó apoderarse de la dirigencia estatal del PAN e imponer a Lorena Cuéllar en la gubernatura del estado, pero nunca pudo con Adriana Dávila, a pesar de su chequera abierta.
Curiosamente, ya fuera de Casa Puebla, logró hacerse del CDE azul con Gilberto Temoltzin y Miguel Ángel Polvo Rea, el pasado 16 de dicembre, una semana antes de su muerte.
Para ello ofreció candidaturas panistas de todo tipo para el 2021. La más importante para Minerva Hernández Ramos, para la gubernatura del estado.
Al alcalde de Apizaco, Julio César Hernández Mejía, le reservaron la diputación federal por el distrito 01; a Aurora Aguilar el distrito 02; y el tercero sería para Juan Carlos Sánchez García, el Saga.
Estamos hablando de los principales morenovallistas afectados, pero también hay otros con intereses empresariales.
Se trata de los hermanos Torre Mendoza, propietarios de la Providencia, quienes hicieron muchos negocios con Rafael Moreno Valle en la gubernatura de Puebla.
Con la muerte de Martha Erika se les acabó la red de complicidades que tejieron en el estado vecino y que los llevaron a incursionar en otras actividades ajenas al ramo textil.
Los Torre Mendoza aparecieron como propietarios del helicóptero Augusta que se desplomó y que causó la muerte de la gobernadora de Puebla y su esposo el senador Rafael Moreno Valle.
Ahora, los empresarios tlaxcaltecas no solo perdieron esos ingresos millonarios, sino que enfrentan una investigación por sus lazos políticos poco claros.
Lo que significa que la tragedia poblana también se dejó sentir como un tsunami en territorio tlaxcalteca.
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