Nos enteramos que a raíz del bochornoso espectáculo que protagonizaron en el Congreso Local, los diputados de Morena fueron llamados a cuentas.

Y que en una encerrona que se dio en la Cima de Apizaco el pasado viernes, hubo jalón de orejas para los legisladores rebeldes.

Al conclave asistieron senadores de la república, diputados federales, legisladores locales y dirigentes de Morena en Tlaxcala.

Después de la severa reprimenda por dejar mal parado al partido que encabezará la Cuarta Transformación, hubo varios acuerdos.

El principal fue concretar la remoción de Víctor Manuel Báez López, como coordinador de la Fracción Parlamentaria de Morena.

Su lugar no será ocupado por Mayra Vázquez Velázquez, como se anunció el jueves en la sesión del Congreso Local.

La bancada será presidida por la diputada de San Pablo del Monte, María Ana Bertha Mastranzo Corona, cuya designación fue sometida a votación.

Nos cuenta que a la encerrona también asistieron los diputados y dirigentes locales de los partidos aliados del PT y PES.

A regañadientes, Silvano Garay presuntamente aceptó la remoción de su hija Irma Garay como coordinadora de la banca petista.

Mientras que los representantes del Partido Encuentro Social, determinaron apoyar incondicionalmente la política que fije Andrés Manuel López Obrador.

Luego de eso, se estableció como línea central evitar a toda costa la injerencia del gobierno estatal en asuntos del Poder Legislativo.

Por lo que se dio el compromiso de cambiar a algunos titulares de los órganos de gobierno, que tomaron protesta el pasado jueves.

Buscaran remover principalmente a Melesio Domínguez, del cargo de Secretario Parlamentario, porque dicen que ya lo besó el diablo.

Aunque tampoco están de acuerdo con la permanencia de David Rodríguez Silva, en Comunicación Social y Relaciones Públicas, entre otros.

Lo que no dijeron es cómo van a justificar los cambios de los nuevos funcionarios que ya juraron al cargo, sin violar sus derechos laborales y humanos.

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