Con Morena se ha profundizado la pobreza: Anabell Ávalos
• La senadora tlaxcalteca acusa al oficialismo de Morena de manipular cifras y abandonar a las familias mexicanas.
• Cuestiona el endeudamiento, la desaparición de instituciones y la
selectividad en los programas sociales.
En una de sus intervenciones más severas en la máxima tribuna del país,
la senadora del Partido Revolucionario Institucional (PRI) por Tlaxcala,
Anabell Ávalos Zempoalteca, lanzó una crítica frontal al gobierno de Morena al
advertir que México vive “la política del malestar”, que no es más que un
escenario marcado por la inseguridad, el desempleo, la falta de medicamentos y
un “ataque feroz” contra quienes se atreven a cuestionar al oficialismo.
La legisladora tlaxcalteca abrió su participación cuestionando las
cifras oficiales que afirman haber sacado de la pobreza a 13.4 millones de
personas. De manera enfática, pidió a la Secretaría del Bienestar explicar
“técnica y científicamente” cómo se obtuvieron esos resultados después de la
desaparición del CONEVAL, órgano responsable de evaluar la política social.
Ávalos Zempoalteca aseguró que mientras la oposición presenta datos y
evidencias, Morena se refugia en discursos que no corresponden con la realidad
que perciben las familias mexicanas, al advertir que el optimismo gubernamental
contrasta con un panorama “desolador”.
“El pueblo se sabe más pobre, más inseguro y sin servicios. Sacaron a
los pobres de las estadísticas, no de la realidad”, afirmó.
A lo largo de su intervención, la senadora sostuvo que el país enfrenta
un grave deterioro institucional y económico. Señaló un “terrorismo fiscal”, un
endeudamiento creciente y un supuesto contubernio entre morenistas y el crimen
organizado. Incluso citó la salida o reducción de operaciones de empresas como
Nissan y Movistar como ejemplo del clima adverso para la inversión.
La representante priista por Tlaxcala también cuestionó el uso del
término “bienestar” en los programas gubernamentales, al considerar que se
trata de “política de saliva” que no modifica las condiciones de vida.
Respaldada en declaraciones de la propia presidenta, preguntó sobre el destino
de los recursos destinados a programas sociales, el endeudamiento aprobado y la
congruencia entre el número de hogares beneficiados y el número total de
familias en el país.
“¿Dónde queda el resto? ¿Hay hogares de primera y de segunda?”,
preguntó, acusando un reparto selectivo con fines políticos.
Anabell Ávalos dedicó un amplio segmento a denunciar que sólo uno de
cada cien campesinos recibe apoyo real del gobierno federal. Citó cifras del
INEGI y de los propios programas de precios de garantía para sostener que la
política social del campo es excluyente y explica la persistencia de bloqueos y
protestas de productores. “¿Cómo puede decirse que se atiende al campo si 34
mil productores representan apenas el 0.1 por ciento de quienes dependen de
él?”, cuestionó con firmeza.
La falta de medicamentos y personal médico fue otro de los ejes de su
discurso. Ahí, Ávalos refirió el caso de una niña de seis años que murió por la
ausencia de antiveneno en una clínica rural, para subrayar que los miles de
centros de salud que el gobierno asegura apoyar no funcionan porque no tienen
lo básico. Afirmó que la crisis sanitaria no se resuelve con anuncios, sino con
infraestructura, inversión y un sistema público sólido.
En su cierre, la legisladora advirtió que el “modelo del malestar” no
construye oportunidades ni combate la pobreza, sino que perpetúa la dependencia
y la vulnerabilidad. Señaló que las transferencias monetarias, sin educación,
empleo y salud, no generan desarrollo. De manera contundente, afirmó que esta
política social ha convertido a miles de jóvenes en presa fácil del crimen
organizado, citando casos como el de Teuchitlán.
Finalmente, lanzó un reclamo directo a la secretaria presente en la
comparecencia: “¿Usted realmente cree que la 4T está construyendo un mejor país
para los niños y jóvenes cuando desaparecieron las guarderías infantiles?”. Con
un “es cuánto”, Ávalos concluyó un discurso que no sólo retó las cifras
oficiales, sino que puso en el centro del debate el rumbo de la política social
y económica del país.
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